Lo diverso es donde todo cabe. Y en el montaje 'Marica varieté diversa', que se presenta los miércoles en Casa E Borrero, Alejandra Borrero le quiere dar espacio a muchas voces.
A cargo de la Compañía Vulnerable, con Milton Lópezarrubla como convocante, organizador y director, este afirma que “lo nuestro es un espectáculo, si es necesario darle un nombre. Uno de variedades. Tiene un inicio, un desarrollo y un final como a todos nos gusta, pero no de la manera en que se piensa siempre un espectáculo (…). Son muchas obras en una sola. Cada uno de los invitados a este reguero de plumas muestra lo que se le da la gana de mostrar: actuamos, bailamos, cantamos, interpretamos, imitamos, ridiculizamos, payaseamos. Todos somos artistas muy profesionales en lo que hacemos, usamos mucha pluma, brillo y lentejuela (…). Es una especie de sancocho y muy colombiano por cierto. Eso sí: prometemos hacerlos reír, conmoverlos y, por supuesto, entretenerlos”.
(Lea también: ‘Lluvia constante’: dos policías atrapados por una equivocación)
La obra es la ratificación del regreso de Borrero a la apertura de su sala, la del Teatro Arlequín, y ella sola al frente de su proyecto. La casa que tuvo de sede principal, sobre el Park Way bogotano, sigue en venta.
Desde que empezó, hace poco más de una década, ha cambiado de nombre tres veces y este, el más reciente, la pone en independencia. Igual, sigue adelante con ‘Ni con el pétalo de una rosa’, su trabajo personal contra el maltrato a la mujer y a favor del empoderamiento femenino.
Y además de tener una obra, también presentará, 'Tu tranquilo': dance hall y circo de La Ventana, jueves y viernes, y los sábados está Primo Rojas con 'Judith Perpetua'.
Alejandra Borrero nació en Popayán, el 25 de abril de 1962 y estudió Arte Dramático en la Universidad del Valle, y habló con EL TIEMPO.
¿Alejandra, cómo fue su primer día de su proyecto: cuando nació como Casa Ensamble?
Un caos. Cuando inauguramos la casa mandamos las invitaciones con hora de llegada a las 8 de la noche y desde las 7 había gente afuera queriendo tumbar la puerta, apoyando el proyecto y queriendo entrar. Fue una noche delirante, con comida delirante, muy especial, muy diferente, y yo presentando la obra 'Pharmakon'.
(Tal vez quiera leer: 'Mi destino siempre me da algunos acertijos': entrevista con Ai Weiwei)
¿Por qué su espacio ha cambiado de nombre varias veces?
Casa Ensamble tuvo que migrar a Casa E por problemas con un artista que cogió el nombre para él y fue cuando la llamamos Casa E. Ahora, con Casa E Borrero, es mi espacio propio e individual. Es una conquista y las ganas de darle un espacio a Bogotá, donde se han perdido muchos lugares desde que empezó la pandemia.
¿De dónde nació la necesidad de abrir su propio espacio?
De mi deseo de crear y tener una voz propia, decir lo que siento, pienso y quiero comunicar. Después de muchos años de hacer solo televisión, te das cuenta de que trabajas para una obra determinada y estás diciendo y expresando lo que los otros necesitan expresar. Y yo estaba ahí, esperando que saliera mi propia voz.
¿Y cuál fue su premisa?
Ser únicos, no imitar, llevar el arte a la gente de manera diferente. Es lo que seguimos haciendo. Para lograrlo, hay que inventar todos los días. 'Habitación 333', de mi tío Guillermo Borrero, que se presentaba con tres directores diferentes, es uno de esos ejemplos. Fue antes de hacer los microteatros, con más de 15.000 funciones. Eso se logra viendo el mundo de otro modo y así se abren puertas.
Después de muchos años de hacer solo televisión, te das cuenta de que trabajas para una obra determinada y estás diciendo y expresando lo que los otros necesitan expresar
Ahora tiene ‘Marica, varieté diversa’
Si algo nos ha puesto un sello, es que hemos sido inclusivos en todos los sentidos, porque ese es nuestro país, y es bueno poder tenerlos en casa E Borrero. La obra también estará en el Iberoamericano de Teatro.
¿Ahora solo tiene el Teatro Arlequín?
Es mi apuesta en este momento, con sus 500 sillas. Es la sala que queda detrás de la casa, que es patrimonio y que es un lugar que ojalá pueda disfrutar la gente. Después de estos dos años de esta pandemia es casi imposible sostenerla, así como contratar a todas las personas que trabajaban antes. Ojalá quien la compre le dé el lugar maravilloso que se merece.
¿Qué fue lo más difícil de los meses de encierro?
No estar en el espacio, llegar al teatro y ver las sillas vacías, con la imposibilidad para los artistas del espectáculo en vivo. Un tiempo difícil para todos. Pero otra Alejandra salió de esta pandemia trabajando por el arte y apoyando a las mujeres del país.
Recientemente, presentó la obra ‘SuperPasito’, que era en susurros, ¿cómo fue esta experiencia?
Fue un trabajo arduo con un resultado maravilloso. Luna Baxter y Julio Escallón fueron los actores y proyectar su voz en susurro fue complejo. Tuvieron que montarla hablando normal, porque con los susurros, hasta los gestos se hacen chiquitos. Con los audífonos que tenía el público se oía hasta la respiración de los actores.
(Le puede interesar: 'La masacre de Texas': esto es lo que debe saber sobre la película)
¿De dónde le llegó el arte?
Nací llena de arte, en una familia en el que era fundamental. Mi papá, Mauricio Borrero Aragón, y mis tíos, eran pintores, en la familia hubo escritores, y hacían teatro por diversión. Mi papá era fanático de la música clásica, por eso el arte es mi vida.
¿Cuáles son sus personajes inolvidables?
En teatro, el de 'Pharmakon', una pieza indomable, una bomba de tiempo escrita por Carlos Mayolo, como dijo Sandro Romero. Mayolo era un genio para contar esta historia de un farmacodependiente que le confiesa a su médico sus miedos, ansiedades, porqué llegó al mundo de las drogas, sus delirios y la relación de todo este caótico mundo que vive con la poesía. De esa obra hemos hecho más de 350 funciones.
En televisión, los de 'Azúcar', el de Lucía de 'Café', que nos dio un nombre y un reconocimiento en el mundo entero. El de 'La otra mitad del sol', en un momento en el que había muy buenos escritores, como Mauricio Navas y Mauricio Miranda; el de 'Mujeres asesinas', que dudé en aceptar pero que resultó un descubrimiento. Cada personaje tiene algo que te deja en el alma.
(Lea, además: Así defiende Leonor Espinosa el uso de la hoja de coca como ingrediente)
Alejandra, fue cierto que le hackearon las cuentas de Casa E Borrero y le robaron información. ¿Tiene algún sentido?
Sí, no entiendo para qué. Pero gracias a un trabajo rápido se recuperó toda la información. Pero es muy triste que pasen este tipo de cosas.
¿Qué pasó el día que se volvió al escenario?
Cuando abrimos, me paré en el escenario y empecé a pensar y crear más cosas, llegaron como en un torbellino y sentí un gran impulso. Somos muy poquitos ahora, pero iremos saliendo adelante. El arte es todo.
OLGA LUCÍA MARTÍNEZ ANTE
CULTURA
EL TIEMPO