Comúnmente, las toxinas botulínicas se han relacionado con tratamientos estéticos. Sin embargo, estos productos biológicos se convierten en una gran ayuda terapéutica para personas que sufren de enfermedades como migrañas crónicas y espasticidad derivada de accidentes cerebrovasculares (ACV).
Evidenciar estos beneficios es el principal objetivo del foro virtual ‘Los beneficios de las toxinas en tratamientos médicos’, organizado por Allergan, una compañía de AbbVie, y EL TIEMPO, que será transmitido por YouTube el miércoles 11 de mayo a las 9 de la mañana.
Este encuentro contará con la moderación de Ximena Bedoya, periodista de salud, y la participación de los doctores Andrés Zuluaga, farmacólogo y toxicólogo; Diego Chaustre, fisiatra, y Paula Cavanzo, neuróloga.
Durante el foro, los especialistas entregarán más información a los asistentes acerca de los usos y las generalidades de las toxinas botulínicas, los tipos de toxinas que existen, su uso terapéutico y su impacto en la calidad de vida de personas que sufren de enfermedades como migraña crónica y espasticidad.
A modo de introducción a ese evento, el doctor Chaustre explica que las toxinas botulínicas son, como las vacunas, productos biológicos basados en sustancias y seres vivos.
“La toxina botulinica es una neurotoxina, que se extrae de una bacteria llamada “clostridium botulinum”. En los últimos años hemos sido capaces de extraer este producto y sintetizarlo de manera adecuada, procesarlo en laboratorio y darle un uso medicinal”, dice el fisiatra
Beneficios evidentes
Las intervenciones con toxinas botulínicas se incluyen en el arsenal terapéutico disponible para intervenir pacientes que tienen o han tenido una lesión del sistema nervioso central, principalmente posterior a un ACV, o padecen de severos dolores de cabeza durante 15 días o más al mes.
En el caso de la espasticidad “Normalmente, estos pacientes asisten a programas de rehabilitación en los que son sometidos a terapias físicas, ocupacionales, de lenguaje, atención psicológica e, incluso, atención por trabajo social, controles y seguimientos, y formulación de otros medicamentos para el control de factores de
riesgo, como la hipertensión o la dislipidemia (colesterol elevado). En este contexto, la toxina botulínica se convierte en un factor importante para manejar e intentar controlar la espasticidad”, indica el doctor Chaustre.
Así, el uso terapéutico y adecuado de las toxinas botulinicas les ayudan a estos pacientes a adelantar actividades físicas básicas, como vestirse. Incluso, a adelantar actividades manuales laborales.
Los beneficios también son evidentes en individuos que sufren migrañas crónicas, cuya presencia también deriva en incapacidad y disminución de las condiciones de bienestar ideales para cualquier ser humano.
En manos expertas El foro virtual “Los beneficios de las toxinas botulinicas en tratamientos médicos” también hará relevantes las diferencias entre las toxinas botulínicas y los medicamentos biosimilares, cómo aplicarlos y las consecuencias que tiene para el paciente el cambio de las toxinas botulínicas durante sus procesos terapéuticos.
El doctor Diego Chaustre señala que, primero, la intervención o el tratamiento con toxina botulínica para casos de espasticidad y migraña crónica deben ser aplicados por médicos fisiatras especialistas o neurólogos.
Lo segundo es que los pacientes deben someterse a evaluaciones adecuadas, basadas en la construcción de historias clínicas y exámenes físicos que permitan definir, junto con cada persona, los objetivos del tratamiento.
Un tercer aspecto crucial en este tipo de tratamientos es que se respete el medicamento y la marca prescritas. El paciente que padece espasticidad o migraña crónica tiene derecho a saber cuál es la toxina que se le aplica en cada momento del tratamiento.
“Al tratarse de productos biológicos, no existe la manera de intercambiar dosis de toxinas botulínicas entre las diferentes marcas que existen en el mercado —advierte el fisiatra—. Esto significa que la concentración de una marca no es igual o no es equivalente a la concentración de otra marca. Cuando se cambian toxinas botulínicas sin indicación médica existe el riesgo, en el corto y mediano plazo, de alterar las dosis que realmente necesita el paciente”.
Las consecuencias incluyen la gradual disminución de los efectos positivos del tratamiento e inmunogenicidad (inducción de respuestas inmunes a los medicamentos), con dos desenlaces posibles: mayor riesgo de generar alergias a las toxinas botulínicas y pérdida de la efectividad, lo que hará que los tratamientos se vuelvan inútiles.
Los especialistas reunidos en el foro virtual “Los beneficios de las toxinas botulinicas en tratamientos médicos” harán evidentes todos estos temas, buscando beneficiar a pacientes con espasticidad y migrañas crónicas, entregarles más información a
sus cuidadores y familiares, y generar una mayor conciencia entre los médicos con respecto a asuntos relacionados con estos tratamientos y la farmacovigilancia.
La cita es el miércoles 11 de mayo a las 9 de la mañana en el canal de YouTube de EL TIEMPO.