Es sabido que en todos los ámbitos de la vida, prevenir es mejor que curar. Si hablamos únicamente de los costos económicos, la salud de los trabajadores es un tema que debe estar en la agenda de todos los empleadores ya que los costos de resarcimiento ante un incidente superan con creces el valor de la prevención.
Ante un accidente laboral el empleador debe responder por los perjuicios ocasionados al empleado. Asimismo, las ausencias laborales por incapacidad médica representan al empleador una serie de costos que pueden afectar la operación. El ambiente laboral también es un escenario a proteger, puesto que si un empleado se enferma puede fácilmente contagiar a otros. Enfermedades, malestares laborales, disgustos ante determinadas situaciones negativas: el ambiente laboral se convierte en un caldo de cultivo de factores negativos, tanto externos como internos, que pueden detonar en catástrofe para la operación.
Pero así como es foco de contagio, el ambiente laboral puede convertirse también en el escenario ideal para ser motor de cambio. La prevención de los factores de riesgo y las mejoras en la calidad de vida y laboral de las personas pueden fomentarse en este espacio.
Es por esto que los profesionales de la salud ocupacional son altamente valorados.
Capacitarse en la materia es, hoy en día, un buen negocio. Existe una amplia variedad de programas académicos en torno a esta materia que puede consultarse a través de las páginas de Internet de las instituciones que ofrecen estos programas.
Para hacer la tarea más ágil y sencilla existen portales web que agrupan la oferta académica en torno a esta área del conocimiento y ordenan la información según criterios que le ayudarán a encontrar el programa ideal para usted. Conózcalos e inicie sus estudios.
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