La pandemia provocada por el coronavirus ha desplazado, de manera peligrosa, la atención que las personas deben poner en otras enfermedades, como la osteoartritis (OA), una de las dolencias más antiguas y comunes entre los seres humanos, según señala Arthritis Foundation.
La Fundación Internacional de la Artrosis (OAFI) define esta dolencia, también conocida como osteoartrosis, como una “enfermedad articular degenerativa que afecta tanto al cartílago como al hueso y los tejidos blandos de las articulaciones”.
La OA puede manifestarse en cadera, rodillas, manos, pies y columna vertebral, aunque es más frecuente en las tres primeras partes mencionadas.
Sus causas son variadas, e incluyen, de acuerdo con Arthritis Foundation:
- Factores hereditarios.
- Obesidad.
- Lesiones en las articulaciones.
- Uso excesivo y repetido de ciertas articulaciones.
- Debilidad muscular.
- Lesiones de los nervios.
Con respecto a los síntomas, estos son progresivos y se incrementan con el paso del tiempo.
El primero y más llamativo es la aparición de dolores cuando se efectúa algún movimiento o se esfuerza la articulación, aunque desaparecen en reposo. Cuando la artrosis se agrava, el dolor se presenta aun cuando la persona está en quietud. En este punto, el malestar se hace frecuente y mucho más molesto.
Otra manifestación se relaciona con la disminución progresiva de la movilidad de la articulación.
Así mismo, es posible que los pacientes presenten deformaciones de sus huesos y coyunturas, junto con contracturas y atrofias musculares que acrecientan la dolencia.
Junto con eso, es posible que quien la padezca vea afectada también su postura corporal.

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Desde lo fisiológico, y por causa de la enfermedad, el cartílago de las articulaciones se desgasta, ocasionando los síntomas ya mencionados. De esta manera, hasta la tarea más sencilla puede convertirse en una verdadera tortura debido a las limitaciones asociadas.
La OA se relaciona, además, con problemas de comorbilidad como la hipertensión o las enfermedades cardiovasculares, entre otros.
Es importante que las personas sepan que la osteoartritis no es una patología lejana ni vinculada exclusivamente a la vejez. La realidad es que con el incremento de las expectativas de vida, el sedentarismo y las actividades físicas exageradas, se han detectado casos de este malestar en grupos de riesgo de menores edades, como las mujeres postmenopáusicas, los deportistas e, incluso, los jóvenes.
Estudios de prevalencia registrados en la Revista Colombiana de Reumatología y basados en el cuestionario Community Oriented Program for Control of Rheumatic Diseases (COPCORD), adaptado para Colombia, arrojaron los siguientes resultados:
- Se entrevistaron 6.693 personas.
- 48 por ciento reportó dolor no asociado con trauma.
- Las rodillas (35 por ciento), las manos (26 por ciento), la columna lumbar (20 por ciento) y los hombros (16 por ciento) fueron los lugares de manifestación más frecuente de molestias.
- El malestar musculoesquelético no específico, la osteoartritis, el síndrome de dolor regional apendicular y la lumbalgia no inflamatoria fueron las enfermedades más prevalentes.
- La artritis reumatoide y la lumbalgia crónica inflamatoria fueron las condiciones inflamatorias más comunes.
Todas estas condiciones evidencian que la OA requiere de una mayor atención por parte de individuos de todas las edades.
Aunque no existe una manera de curar o revertir la osteoartrosis, sí es posible ayudar a disminuir el dolor y la rigidez muscular, y mejorar el movimiento y la funcionalidad articular. Para eso, es fundamental controlar el sobrepeso y hacer el ejercicio adecuado.
Además, existen técnicas como la viscosuplementación, aprobadas por guías internacionales, que consisten en la colocación, a nivel de la articulación de la rodilla, de derivados de ácido hialurónico, una sustancia que se encuentra en forma natural en el líquido de las articulaciones y que ayuda a lubricar y amortiguar la misma.
De igual forma, como la OA afecta, principalmente, el cartílago de las articulaciones, adoptar una rutina física correcta ayuda a cuidar esta almohadilla natural de colágeno. Es importante enfatizar que no usar las articulaciones las vuelve más rígidas, gradualmente difíciles de mover y propensas a la degeneración.
Un programa adecuado de ejercicios, de acuerdo con la Asociación Colombiana de Reumatología, trae importantes beneficios, como:
• Mejorar el movimiento.
• Fortalecer los músculos para estabilizar mejor las articulaciones.
• Mejorar la calidad del descanso durante el sueño.
• Fortalecer el sistema cardiovascular y pulmonar.
• Mejorar la condición física.
• Controlar el peso.
• Mejorar la apariencia personal.
Ese programa de tratamiento para los pacientes debe tener seguimiento médico profesional, ya que dependerá de la severidad de la enfermedad, el nivel de afectación de las articulaciones, síntomas y problemas médicos asociados o no.
También, se tienen en cuenta edad, ocupación de la persona y actividades cotidianas que adelanta.