De acuerdo con el Ministerio de Salud y Protección Social, según la definió en la Guía de Práctica Clínica (GPC) para la prevención, diagnóstico y tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos (2016), la obesidad es una enfermedad crónica que puede ser determinada por diversos parámetros, como el Índice de Masa Corporal (IMC), que es el más conocido. Este panorama, ya indicaba que la enfermedad había pasado de ser un asunto netamente estético a un problema creciente de salud pública.
El documento también señala que “puede ser originada en una gran diversidad de causas que incluyen aspectos genéticos, sedentarismo, sobrealimentación, alteraciones de apetito y saciedad, malos hábitos alimentarios y otros factores endocrinos, neurológicos, psicológicos y fisiológicos”.
Pero más allá del origen, su relevancia radica en la relación directa que esta condición tiene con el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles (como la diabetes tipo III, hipertensión arterial, problemas del corazón, entre otros) y que desde ese estudio del Minsalud proyectaban que para el año pasado serían las causantes del 73% de la mortalidad y el 60% de la morbilidad a nivel mundial.
De acuerdo con varios estudios, son cerca de 195 complicaciones en salud las que pueden derivarse de la obesidad y el sobrepeso; uno de ellos es el titulado ‘A systematic review and evaluation of current evidence reveals 195 obesity-associated disorders’, de Yuen MM, Kahan S, Kaplan LM, presentado en la 34ª Reunión Científica Anual de la Sociedad de Obesidad, realizado entre el 31 de octubre y el 4 de noviembre de 2016 en Nueva Orleans, LA (EE. UU.).
Mientras que en el país las enfermedades crónicas ya eran responsables del 75% de la mortalidad, también contribuyen con un alto porcentaje al gasto en el sistema de salud, pues se asocian con hasta el 36% de los costos totales de una institución de salud. No obstante, la publicación también advierte que el 80% de estas enfermedades son consideradas prevenibles y se encuentran fuertemente asociadas con el avance de la obesidad.
Más recientemente, el pasado 4 de marzo, en el Día Mundial de la Obesidad, el Ministerio de Salud llamó la atención sobre esta enfermedad que sigue llegando a “proporciones epidémicas a nivel global y que cada año cobra la vida de 2,8 millones de personas” en el mundo.
A lo que sumó que, en medio de la pandemia, “la evidencia científica sugiere que el exceso de peso pone a las personas en mayor riesgo de hospitalización, ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y muerte por covid-19”.
En esa publicación, Elisa Cadena, subdirectora de Salud Nutricional, Alimentos y Bebidas, indicó que en el país existe una prevalencia en adultos de 18 a 64 años con sobrepeso de 37,7% y obesidad de 18,7%, según la Encuesta Nacional de Salud Nutricional de 2015.
“Esto significa que la prevalencia de personas con exceso de peso en Colombia es del 56,4%, por lo que se ha convertido en un problema en salud pública en el país”, afirmó Cadena.
Así mismo, esas cifras muestran que los departamentos con prevalencias más altas, de acuerdo con la experta, fueron Amazonas (72,4%), San Andrés y Providencia (65,6%), Vichada (65,3%), Guainía (64,1%) y Meta (61,8%).
En tanto que, en la primera infancia, la mayor prevalencia de sobrepeso se observaba en los niños, con un 7,5%, comparado con el de las niñas, que era de 5,1%. “En niños y niñas de 5 a 12 años afecta a dos de cada diez individuos (24,4%). En adolescentes se pasó de 15,5% en el 2010 a 17,9% al 2015. Por sexo, la mayor proporción de exceso de peso es en las mujeres adolescentes (21,1%)”, según informa el Minsalud en el documento, en el que además se dice que la obesidad abdominal en mujeres de 18 a 64 años se encontró en el 59,6% de la población, mientras que en hombres se encontró en 39,3%.
Un tema de salud pública
Todos estos indicadores han hecho que cada día se esté tomando una mayor conciencia sobre la gravedad de esta enfermedad y que de esa manera se abra un debate serio alrededor de esta problemática y se comience a tener en cuenta en la agenda de salud pública del país, entendiendo que es una conversación en la que deben participar el Gobierno Nacional, legisladores, médicos, aseguradores y prestadores, entre otros.
No en vano ya desde 2009 se habían empezado a tomar medidas legislativas en ese sentido, con la expedición de la Ley 1355, por medio de la cual se definió “la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles asociadas a esta como una prioridad de salud pública” y se adoptaban medidas para su control, atención y prevención.
A este avance se suma una iniciativa más reciente, conocida como ‘Miso’ o ley general para el manejo integral al sobrepeso y la obesidad, un proyecto que aún se encuentra en trámite y que tiene como objetivo “establecer los criterios legales para la actuación del Estado y en todas las jurisdicciones descentralizadas en el territorio nacional, bajo la premisa constitucional del derecho a una alimentación adecuada, a la salud y la ejecución de las políticas públicas para el Sistema General de Seguridad Social en Salud en materia de manejo integral del sobrepeso y la obesidad de la población colombiana, en concordancia con las finalidades del derecho a la protección integral de la salud, el trabajo y la educación en todo el territorio nacional”.
Ante la necesidad de ahondar en esta problemática, y con el propósito de reunir a todos los actores involucrados en esta discusión trascendental para la salud pública en el país, el próximo 2 de diciembre, de 5 a 6 p.m., se realizará en Cartagena el foro ‘Obesidad: un llamado hacia la acción’.