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Santander

La historia desconocida de la refinería que cambió el rumbo del país

Construcción de la planta Cracking modelo IV en 1953 en la refinería de Barrancabermeja.

Construcción de la planta Cracking modelo IV en 1953 en la refinería de Barrancabermeja.

Foto:Cortesía archivo Pedro Chaparro

El 18 de febrero se conmemoró el hito de la refinería de Barrancabermeja.

Al vaivén de las aguas del río Magdalena llegaron desde Perú las barcazas con los primeros alambiques que permitieron el 18 de febrero de 1922 poner en funcionamiento la primera refinería de Colombia, en ese entonces en un lugar remoto del Magdalena Medio llamado Barrancabermeja, que pocos meses después se convertiría en municipio gracias a la era petrolera.
Historiadores señalan que la construcción de esta planta industrial comenzó en 1920 y se logró gracias a la aventura de traer los materiales y el alambique desde Talara, en la costa Pacífica de Perú.
El antropólogo David Augusto López Rodríguez cuenta que la extracción de crudo crecía en esta región, donde fueron hallados los primeros pozos petroleros, pero transportarlo empezaba a ser más y más difícil, razón por la que era apremiante poder tener cómo transformar este producto.
“Es una excelente producción la que se percibe desde 1918 en los pozos petroleros –señala el antropólogo–. Fueron unos 2.000 barriles de crudo diarios desde un solo pozo que los recipientes disponibles no alcanzaban a almacenar y por tanto fue incendiado y el pozo tapado. Llevar tales cantidades de crudo hasta Barranquilla para luego enviarlos a Estados Unidos era una labor costosa y difícil”.
Durante la construcción del complejo industrial, el Gobierno Nacional declaró, mediante resolución del 13 de junio de 1921, que la concesión le pertenecería a la Tropical Oil Company, llamada por los obreros la ‘Troco’, por 30 años que se contarían a partir del 25 de agosto de ese mismo año.
Los expertos aún no se ponen de acuerdo; no obstante, se presumen dos rutas para la llegada de los elementos necesarios que permitieron esta construcción: la primera es una ruta desde Perú por el océano Pacífico hasta Buenaventura, luego un viaje hasta Honda, en Tolima, y luego sobre aguas del Magdalena hacia abajo hasta llegar a Barrancabermeja.
La otra ruta sería desde Panamá hasta Barranquilla y luego aguas arriba por el Magdalena.
Imágenes de archivo de la planta durante el Siglo XX.

Imágenes de archivo de la planta durante el Siglo XX.

Foto:Cortesía archivo Pedro Chaparro

Cabe resaltar que existen registros, según historiadores, sobre las construcciones de otras refinerías de menor capacidad antes de la de Barrancabermeja. Una en la zona del Catatumbo (Norte de Santander), que habría operado en 1905 a nombre del padre del expresidente Virgilio Barco; sin embargo, no funcionó por mucho tiempo.
Otra en una hacienda en el Meta, donde un señor de nombre Roberto Bunch refinaba petróleo, y una pequeña en Cartagena, que operó en 1914 y procesaba crudo traído desde Estados Unidos.
Pero, sin duda, la de Barrancabermeja fue la que marcó un hito en la industria, por ser la más grande y la que generó una producción permanente, que fue aumentando al ritmo de la industrialización del país.

La era de la refinación

Ese primer año de entrada en operación de la planta en Barrancabermeja, según datos de historiadores, se logró la refinación de 5.770 barriles de crudo.
El petróleo llegaba por un oleoducto de 4 pulgadas recién construido que lo traía del pozo Infantas 2, ubicado a 38 kilómetros.
El presidente de la Asociación Colombiana de Economía Crítica y miembro de número de la Academia de Ciencias Económicas, Diego Otero Prada, relata en un texto que entre 1922 y 1928 se produjeron cuatro derivados: gasolina ordinaria, queroseno, aceite combustible para motores y aceite para calderas.
“Los tres primeros barriles procesados se enviaron al presidente de la República, al arzobispo Primado y el señor Eduardo Pombo, representante de la empresa en Bogotá”, relató Otero Prada, quien recalcó que eso marcó de inmediato un nuevo rumbo para la movilización de los barcos, que pasaron de la leña a derivados de petróleo.
Gracias a la oportunidad de trabajo que ofrecían los pozos petroleros, esta zona de apenas unos 3.000 nativos, en su mayoría campesinos, fue creciendo de la noche a la mañana.
Refinería de Barrancabermeja en los años 40.

Refinería de Barrancabermeja en los años 40.

Foto:Cortesía archivo Pedro Chaparro

Barrancabermeja, que era entonces un corregimiento de San Vicente de Chucurí (a dos días de camino del casco urbano), se separó con el boom petrolero buscando una mejor repartición de las regalías, y se convirtió en nuevo municipio santandereano.
El poblado no solo se fue llenando de obreros y comerciantes, sino que también fue invadido por bares y casas de prostitución, con mujeres que venían de diferentes rincones de Colombia y otros países.
Fue tanto el dinero que circulaba y las fiestas que se hacían que Otero Prada, en el trabajo ‘Historia de la fundación de Barrancabermeja y el papel del petróleo’ –publicado por Uniciencia en el año 2017– cuenta que uno de los primeros temas que se trataron en el cabildo del recién creado municipio fue el de la prostitución.
“Era tal el tamaño de la prostitución y las enfermedades, que este asunto se convirtió en prioridad (…). Se decretó un impuesto por prostituta, diferenciando entre las de primera y segunda clase, las primeras estaban obligadas a pagar un impuesto de dos pesos por semana y las segundas, un peso. En septiembre de 1923 tenían 57 burdeles y cantinas, de un total de 95 edificaciones comerciales”, se lee en el trabajo.

Petróleo y lucha obrera

Pero las aguas del río Magdalena no atestiguaron únicamente el desarrollo industrial de Colombia; a medida que crecía la oferta laboral, más y más trabajadores emprendieron la ardua labor de reclamar sus derechos, que hasta entonces eran desconocidos por quienes trabajaban día a día en la refinería.
De acuerdo con voceros de la Unión Sindical Obrera (USO), los campamentos de los trabajadores no contaban con camas y empezaron brotes de malaria, razón por la que se comienzan a crear los primeros sindicatos que exigían mejores condiciones.
Entre lucha y lucha nace el 10 de febrero de 1923 la USO, primero conocida con el nombre de Sociedad Unión Obrera, pero que se mantiene hoy también como el movimiento sindical más grande y antiguo de Colombia.
Pedro Chaparro, quien trabajó en Ecopetrol y fue líder de la USO, cuenta que para 1924 se realizó la primera gran huelga. Fue una manifestación tan grande que hasta las prostitutas exigieron mejores condiciones.
“Fue en 1924 la primera gran huelga –recuerda Chaparro–. En esa entraron hasta las prostitutas. El movimiento obrero se forjó al tiempo que crecía la refinería y su producción. Esta primera lucha trajo mejores condiciones en esos campamentos”.
Con la industrialización también se dio el nacimiento de las primeras luchas sindicales en el país.

Con la industrialización también se dio el nacimiento de las primeras luchas sindicales en el país.

Foto:Cortesía archivo Pedro Chaparro

Para el antropólogo López Rodríguez, estos nacimientos (el municipio, la refinería y la USO) no son hechos que se enmarquen en la pura coincidencia, pues establece un vínculo en el curso del desarrollo industrial y social de esta zona y el país.
La explotación petrolera se convirtió en una universidad in situ. Esto representa el nacimiento de una clase obrera industrial en el país, una población que antes era conformada por campesinos analfabetas.
“La mayoría de los que llegaban no tenían ni idea de la explotación petrolera –explica el experto–. Estamos hablando de personas que aprendieron, con experticia, la refinación de crudo sobre la marcha. Esta refinería de Barrancabermeja fue una gran universidad del trabajo, como la llamó el poeta Guillermo Valencia en 1930, para la industria del petróleo en Colombia”.
Además, destaca el antropólogo, la cantidad de trabajadores estadounidenses y extranjeros en general que hacían parte de la ‘Troco’ también marcaron pautas de consumo y una visión cosmopolita en Barrancabermeja.
Orlando Fals Borda dijo en el año 2001 que por Barrancabermeja entró la modernidad a Colombia. Apresurado o no decirlo, se puede mencionar que todo lo que en esta zona ocurría le presentó el país una especie de perfil de otra realidad y visión del mundo.

Crecimiento imparable

Se calcula, según registros de historiadores, que para el año 1939 cerca de 3 millones de barriles fueron destilados en la refinería. Un crecimiento notable.
Todo esto regresaba a la sociedad en regalías nuevamente gracias a los reclamos de los trabajadores. Prueba de esto es la gran huelga de 1948, un año accidentado para el país en el que los obreros reclamaron que la concesión en poder de la ‘Troco’, prevista a finalizar en agosto de 1951, fuera entregada al país para su operación por parte del Estado.
El reclamo de los trabajadores logró formalizarse el 25 de agosto de 1951, cuando el manejo de la refinería y el proceso del crudo pasaron a manos de la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol), la primera compañía de petróleo estatal.
En la actualidad, según voceros de Ecopetrol, la refinería de Barrancabermeja es un activo estratégico de la Nación. Desde sus instalaciones se cubre la demanda de combustibles del 80 por ciento del interior del país y abastece de productos petroquímicos a la industria nacional.
Es el más importante centro de refinación y petroquímico del país con una capacidad de procesamiento máxima de 250.000 barriles de petróleo por día que transforma en combustibles limpios y productos petroquímicos como aromáticos, parafinas y polietileno.
Resultados de Ecopetrol destacan el récord de 35 mil 
barriles en la Gerencia del Río.

Resultados de Ecopetrol destacan el récord de 35 mil barriles en la Gerencia del Río.

Foto:Jaime Moreno Vargas

Las entregas diarias de combustibles hoy son de 105.000 barriles de gasolina motor regular, 95.000 barriles de diésel, 23.000 barriles de jetA-1 (combustible para aviones), 12.000 barriles de asfalto y 5.000 de Gas Licuado del Petróleo (GLP).
La creación de esta refinería tiene, para el antropólogo David López, puntos positivos y negativos.
“Indudablemente, el crecimiento de Barrancabermeja fue notable –destaca el experto–. Se construye la vía entre Bucaramanga y Barrancabermeja, los oleoductos y toda la tecnología son cosas importantes, pero hay puntos negativos, las afectaciones al medio ambiente, por ejemplo, así como los traumas políticos y sociales por muchas injusticias cometidas antes de que los trabajadores reclamaran, fueron costos altos”.
Al vaivén de las caudalosas aguas del río Magdalena llegaron en barcazas hace 100 años los primeros alambiques donde el crudo sería procesado para convertirlo en combustible. Ese combustible es el que impulsó el desarrollo industrial del país, la lucha de los trabajadores y el progreso de una región y de un país. 
MIGUEL ÁNGEL ESPINOSA BORRERO
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @Leugim40 

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