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Colombia

¿Por qué reconocer atrocidades del conflicto ayuda al país a sanar?

Francisco de Roux nació en Cali, en 1943. Es sacerdote y exprovincial jesuita, filósofo y economista. Asumió las riendas de la Comisión de la Verdad en 2018.

Francisco de Roux nació en Cali, en 1943. Es sacerdote y exprovincial jesuita, filósofo y economista. Asumió las riendas de la Comisión de la Verdad en 2018.

Foto:Comisión de la Verdad

Los reconocimientos de los hechos crean conciencia para que los horrores de la guerra no se repitan.

Javier Arana
Para las víctimas, escuchar y ver de frente a quien o quienes fueron responsables de asesinato, desaparición, desplazamiento, secuestro, tortura, violencia sexual, masacre y cualquier delito de lesa humanidad es doloroso, es difícil. Para los responsables de esos hechos, hablarles y encarar a las personas a las que se les causó tanto daño es vergonzoso, tormentoso.
Llegar a este tipo de acercamientos para ofrecer perdón, escuchar y exculpar es el resultado de un camino largo e intenso que ha recorrido la Comisión de la Verdad desde el año 2019 cuando comenzaron a suscitarse los Encuentros por la Verdad.
Con ellos ha buscado que se reconozca lo acontecido durante más de cincuenta años de violencia en Colombia, con la ilusión y el objetivo de que los testimonios sean oídos para que jamás se repitan los horrores de la guerra. También pretenden sacudir a la sociedad en general que ha sido ajena, indiferente e, incluso, cómplice, aquiescente y negacionista para empezar a escribir una historia de paz en el país.
Es así como hasta la fecha se han hecho 14 Encuentros por la Verdad. De estos, 10 han tenido reconocimiento de responsabilidades –2 de carácter territorial y 8 nacional–, resultado de conversar con personas, entre víctimas, sociedad civil, Fuerza Pública, excombatientes de grupos armados, empresarios, mandatarios locales, políticos y comunidades étnicas. Para escucharlas, la Comisión de la Verdad ha ido a los lugares más apartados de Colombia, incluso, a lomo de mula, en lancha, por ríos, trochas y carreteras.
“La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición entiende el reconocimiento como una forma de restablecer la dignidad humana de las personas que fueron víctimas en el contexto del conflicto armado... Son procesos que emergen de la necesidad de nombrar y darle rostro al conflicto; como espacios que permiten comprender e interiorizar sus daños, afectaciones e impactos, entre los que se cuenta la alteración de las dinámicas familiares, comunitarias, organizativas, sociales, económicas y políticas en los entornos más próximos y en los territorios”, ha explicado la Comisión.

La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición entiende el reconocimiento como una forma de restablecer la dignidad humana... 

Para llegar a estos reconocimientos, algunos de carácter privado y otros que han visto el país y el mundo, se sigue una meticulosa metodología, dado que se trata de un delicado proceso en el que se mezclan todo tipo de sentimientos, tanto por parte de víctimas como de responsables y, en general, de quienes padecieron el conflicto armado. Son momentos dolorosos porque se recuerdan y remueven hechos tremendos, de los que, incluso, muchos nunca han hablado, pero que finalmente son reparadores y sanadores para todos los involucrados.
A través de ellos se ha podido saber, por ejemplo, que el dolor de muchas víctimas que sobrevivieron continuó como consecuencia de la estigmatización.
Este miércoles 23 de junio se realizó el primer encuentro, auspiciado por la Comisión de La Verdad, entre las víctimas de secuestro y los excombatientes de la otrora guerrilla de las FARC. Esta reunión fue liderada por el padre Francisco de Roux.

Este miércoles 23 de junio se realizó el primer encuentro, auspiciado por la Comisión de La Verdad, entre las víctimas de secuestro y los excombatientes de la otrora guerrilla de las FARC. Esta reunión fue liderada por el padre Francisco de Roux.

Foto:Comisión de la Verdad.

“Las víctimas en Colombia siempre son victimizadas porque siempre hay esa sospecha de que si les pasó lo que les pasó, es porque cometieron un crimen, porque dieron papaya, porque tenían unas relaciones indebidas, porque tenían un carácter que explica que se los hubieran llevado... Uno no espera otra cosa, sino que le respeten a uno la dignidad del sufrimiento”, dijo Ingrid Betancourt recogiendo la sensación de víctimas del secuestro que asistieron al Encuentro por la Verdad ‘Verdades que liberen: Reconocimiento de responsabilidades de secuestro por parte de Farc’.
Estos acercamientos también han servido para recordar las deudas históricas que el Estado tiene con los indígenas y el pueblo negro, afrocolombiano, palenquero y raizal, que se han visto en los acercamientos hechos en sus territorios.
Además de coincidir en crudas, fuertes y dolorosas verdades, la mayoría de quienes han participado les han pedido a los colombianos de todos los sectores que escuchen sus testimonios para detener los brotes de violencia que se están viviendo en el país. Concuerdan en que con la guerra todos pierden y que la salida para que Colombia viva realmente en paz es transitando el camino del diálogo, el desarme de las palabras y, por encima de todo, el respeto a la vida.
En este sentido, la Comisión ha expresado que los encuentros de reconocimiento hechos y los que se están preparando para socializar durante este segundo semestre del año son un punto en el largo proceso de reconciliación de la sociedad, son solo la semilla.
En palabras de la Comisión: “El viaje hacia el futuro hace necesario saber qué pasó en los años de la guerra, preguntarse colectivamente sobre la barbarie que hemos vivido, encontrar explicaciones a la complejidad del conflicto y aprender otra manera de resolver las diferencias políticas, sin herirse ni matarse”.


¿Quiénes son los que reconocen?

Actores directos e indirectos del conflicto armado. Directos: los que formaron parte integral de los grupos armados, que protagonizaron el conflicto. Indirectos: personas, colectivos, organizaciones, empresas, sectores, poblaciones, comunidades, servidores públicos y agentes estatales (no armados) que apoyaron, financiaron, facilitaron, permitieron o se beneficiaron de la creación, el accionar y la consolidación de los grupos armados ilegales o de las actividades ilícitas.
Llegar al escenario de esta reunión requiere una preparación y una metodología que tarda meses e involucra a cientos de personas. Tiene como mínimo tres componentes: preparación (psicosocial, testimonial y jurídica) de quienes intervienen y que es quizás la de mayor cuidado; acto público o privado donde se reconoce (Encuentro por la Verdad) y espacio para la evaluación y la construcción de recomendaciones.
Los encuentros se basan en unos principios: compromiso con la verdad, la reparación, la escucha, el diálogo empático y la contribución a la convivencia y la no repetición. En este sentido vale la pena recordar que la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad no es institución de justicia, no son jueces, para esos efectos está la Jurisdicción Especial para la Paz. Por lo tanto, la Comisión está para contribuir a la verdad histórica, ética y humana de lo ocurrido en el conflicto.

Juan Manuel Santos, primer expresidente en pedir perdón

En estos escenarios también se reconoce la responsabilidad de quienes ofrecen perdón sin importar su grado de compromiso con el hecho o el nivel jerárquico que ocupe en la sociedad, como ocurrió con el expresidente Juan Manuel Santos, quien en una contribución voluntaria ante la Comisión de la Verdad, el 11 de junio reconoció la gravedad de los llamados ‘falsos positivos’.
Admitió que al principio fue incrédulo sobre la ocurrencia de las ejecuciones extrajudiciales y explicó que una vez constató los hechos tomó las medidas necesarias para frenar estas actuaciones, lo que quedó descrito en documentos que entregó a la Comisión.

Foto:Comisión de la Verdad

Aunque los expresidentes Ernesto Samper y Cesar Gaviria fueron a la Comisión, Santos se convirtió en el primer exmandatario en expresar su responsabilidad y pedirles perdón a las víctimas por hechos registrados cuando fue Ministro de Defensa (de 2006 a 2009), especialmente a las madres de los jóvenes presentados como guerrilleros dados de baja en combate.
“Eso nunca ha debido pasar. Lo reconozco y les pido perdón a todas las madres y a las familias víctimas de este horror, desde lo más profundo de mi alma”, dijo, al tiempo que exhortó al Ejercito Nacional a hacer lo propio.
El padre Francisco de Roux resaltó que Santos haya reconocido su responsabilidad moral y agradeció su testimonio, por ser fundamental para aportar a la verdad, y también invitó a altos mandos del Ejército y a otros expresidentes a presentarse ante la Comisión. De hecho, el exmandatario Andrés Pastrana anunció, el pasado 30 de junio, que quiere contar su versión del conflicto.

‘Que no tengan miedo de reconocer la verdad’: Francisco de Roux, S. J.

¿Qué ha sido lo más difícil en estos procesos?
El dolor y la indignación de las víctimas cuando van a llegar ante los victimarios. El miedo de los victimarios a las víctimas, a la opinión pública, a verse en un escenario de expectativas y reclamos, e incluso a la manera como ellos mismos puedan reaccionar.
¿Qué lo ha sorprendido?
El empresario antioqueño que antes de morir contó que financiaron paramilitares para que les dieran seguridad en Urabá y reconoció el daño mortal que hicieron a las comunidades. El de Pablo Catatumbo, que ante familiares de los diputados secuestrados y asesinados dijo: “Nosotros los teníamos en nuestras manos, nosotros los matamos, nosotros somos responsables”.
El de Juan Manuel Santos cuando ofreció perdón personal y dijo que el Ejército debería pedir perdón a las víctimas, al país y a la comunidad internacional por los ‘falsos positivos’. El de las Farc: “En el secuestro metimos a las víctimas y a las familias en un infierno...”. El de soldados, suboficiales y oficiales que ante las familias de asesinados en ‘falsos positivos’ han reconocido que ellos lo hicieron y la forma brutal como lo hicieron.
¿Se ha logrado el objetivo?
Es un objetivo en proceso. Antiguas Auc y paramilitares han aceptado hechos terribles y excombatientes de las Farc han sido cada vez más claros. El Ejército y la Policía es muy difícil que hablen en un espacio público sobre las víctimas que ellos causaron. Confiamos en que esto cambiará.
¿Cómo ha sido su propia preparación?
Prepararme para encontrar a los seres humanos en su fragilidad, acoger a las víctimas en su dolor. Nunca pedirle a nadie que perdone porque el perdón es una decisión individual y libre. Reconocer la dificultad del responsable que también ha sido víctima y le es muy difícil aceptar que él ha sido victimario para otros.
Mensaje a quienes no han dado el paso de reconocer
Que no tengan miedo de reconocer la verdad de haber causado sufrimiento, justamente porque esto ayuda a que no vuelva a pasar; es una aceptación que eleva la reputación de quien reconoce. Cuando las personas o instituciones aceptan que fueron artífices de violencia recuperan credibilidad, se hacen más dignas de confianza, porque prueban que son honestas, llámense Ejército, Policía o gremios, y muestran que están comprometidas con el futuro. Alemania recuperó su reputación el día que los ciudadanos reconocieron que siguiendo a Hitler había sido una nación de asesinos. Con eso, el pueblo alemán obtuvo dignidad ante el mundo.

En palabras de los responsables

Miembros de comunidades afro e indígenas arribaron al Puerto, al parecer, por presiones del Eln.

Miembros de comunidades afro e indígenas arribaron al Puerto, al parecer, por presiones del Eln.

Foto:Santiago Saldarriaga / CEET

Empresarios, exintegrantes de la Fuerza Pública, políticos, exmiembros de las Farc
y excomandantes de las Auc han reconocido y pedido perdón por su responsabilidad en diferentes hechos ocurridos durante el conflicto armado. Aquí, algunas de sus palabras.
Pueblo negro
La verdad del pueblo negro, afrocolombiano, palenquero y raizal: hasta octubre del 2020, 1’144.486 afrocolombianos, palenqueros y raizales están registradas como víctimas del conflicto armado colombiano, según la Unidad para las Víctimas.
Verdad que libere
Reconocimiento de responsabilidades de secuestro por parte de las Farc. En Colombia, de 1958 a 2018, fueron secuestradas 37.165 personas, según cifras del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH): un 72 %, a manos de las guerrillas y un 10 %, a manos de paramilitares.
Desapariciones
Reconocimiento a la persistencia de las mujeres y familiares que buscan personas dadas por desaparecidas. Se ha destacado el trabajo de quienes han buscado a más de 120.000 personas que sufrieron este crimen, según registros de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas.
Niñas y niños
Reflexiones sobre los impactos del conflicto en la vida de generaciones de niñas, niños y adolescentes. Según Save the Children en Colombia, más de 400.000 niños y niñas menores de 5 años se han visto afectados por hechos relacionados con el conflicto armado, como el desplazamiento, actos terroristas y reclutamiento forzado. Son 2.271 los que han sido víctimas de homicidio en el marco de la guerra.
Secuestro
Reconocimiento del secuestro de personas y otras afectaciones en Sonsón y la zona de páramo del Oriente antioqueño. Según el Registro Único para las Víctimas, en esta subregión hay, a la fecha, 84.261 víctimas de diferentes grupos armados: Abejorral tiene 11.321 víctimas; Argelia, 24.125; Sonsón, 27.676 y Nariño, 21.139.
Verdad indígena
Con el conflicto armado, la guerrilla, los paramilitares y las fuerzas de seguridad del Estado redoblaron la violencia que venía desde la colonización contra los indígenas. Las comunidades han sido víctimas de todo tipo de violencia y se ha atentado contra sus cosmovisiones.
Caldono
Caldono, con 248 incursiones armadas y más de 500 hostigamientos cometidos por las Farc (desde 1997 hasta 2014) fue el segundo poblado urbano y rural con el mayor número de acciones en contra de la vida, la integridad y la reputación.
Salud y conflicto
La verdad desde la salud. Muchos colombianos no pudieron recibir atención médica, tratamientos ni medicamentos en las zonas de guerra por complicaciones asociadas al conflicto. Al personal de salud, la violencia no le facilitó hacer su tarea de salvar vidas.
Verdad en el campo
Poblaciones campesinas fueron desplazadas o asesinadas. Se calcula que de los 7 millones de personas despojadas, la más afectada fue la población campesina.
Lideresas y líderes asesinados
La hermana Yolanda Cerón Delgado fue asesinada en 1991 por su trabajo como lideresa y defensora de derechos humanos, especialmente de las comunidades negras del Pacífico. Fue señalada de ser colaboradora de la guerrilla del Eln, para justificar su muerte violenta.
Javier Arana
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