"Nuestra protesta se adelantará de manera pacífica, sin interrumpir las demás actividades cotidianas del establecimiento penitenciario", anuncian los presos de la cárcel La Blanca de Manizales, en referencia al 'plan candado' que esperan implementar a partir del miércoles.
Entre los motivos que manifiestan los internos, el primero es el hacinamiento, que en este penal llega a 123 por ciento. En las instalaciones, que tienen capacidad para albergar a 670 reclusos, hoy habitan 1.496. De los seis patios, los más críticos son el 1, el 2 y el 3, con cerca de 400 personas cada uno, a pesar de que su diseño es para 98.
"Estos patios están construidos desde hace más de 64 años y los fines de semana se nos incrementa casi a novecientas o setecientas personas en cada pabellón, fuera de los funcionarios que laboramos acá", explicó el presidente del sindicato del Inpec, Julio César García, ante el Concejo de Manizales, que el lunes sesionó en la cárcel.
Los reclusos se quejan también por las condiciones de salud y alimentación en las que viven. Aseguran, por ejemplo, que no hay médicos suficientes para su atención y acusan al contratista que les provee la comida de no cumplir con "los estándares necesarios" para ese servicio.
A esto se le suma también la amenaza de ruina del edificio, construido hace seis décadas, que se agrava con la llegada de unos 1.200 visitantes cada fin de semana.