Las opiniones están divididas tras la ordenanza que aprobó la Asamblea Departamental San Andrés, Providencia y Santa Catalina: prohibir el uso del coco como envase. La medida acabaría con el tradicional cóctel ‘Coco loco’ y pondría fin a uno de los atractivos más apetecidos por los turistas en la región.
De acuerdo con la ordenanza, lo que se busca es evitar el desabastecimiento del fruto en las islas y garantizar que sigan vivas las prácticas de cocina tradicionales. Quienes incumplan la restricción podrían llegar a pagar hasta cinco salarios mínimos, lo equivalente a $3,6 millones.
Ante la situación existen diferentes posiciones. De un lado, expertos académicos en desarrollo regional, como el doctor en Ciencias Históricas, Jorge Elías Caro, aseguran que la medida es un tanto radical, ya que no se buscaron alternativas para proteger el fruto, sin perjudicar a los isleños que viven de él.
En el restaurante del hotel, por ejemplo, tenemos muchas recetas que incluyen el coco, y a veces nos vemos muy a gatas para conseguirlo
Según Caro, hubiese sido posible solventar el desabastecimiento del coco a partir de la importación del fruto desde otras regiones del país. “En lugares como el golfo de Urabá o en Cartagena, por ejemplo, el coco termina en las playas y se pierde” aseguró.
Frente a la desaparición del ‘Coco loco’, Caro explica que: “el cóctel está hecho con coco biche. Al hacerlo con coco biche, no dejan que el fruto llegue al estado de maduración que se necesita para sembrarlo y que nazca el cocotero para que se reproduzca la producción del coco”.

En este coctel se utiliza este fruto como envase para mezclar vodka, tequila y ron blanco, además de zumo de limón y agua de coco.
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Por su parte, el presidente ejecutivo de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco) , Gustavo Toro, aseguró que la medida no tiene ni pies ni cabeza. “Lo que busca la ordenanza es regular el coco como envase, pero si realmente hay un sobreuso del coco ¿por qué no promover su siembra?”, cuestionó Toro.
Asimismo, aseguró que, posiblemente, la cultura tradicional sanandresana, tan ligada históricamente al fruto, no se verá afectada, pero sí se estará dejando de lado un atractivo interesante del archipiélago, pues a la gente le gusta disfrutar su bebida en el envase de coco.
Además, indicó que el coco representa una de las mayores fuentes de ingreso para los sanandresanos y que promover su cultivo y producción beneficiaría a un gran número de familias que viven de él.
De otro lado, la restricción no preocupa a los administradores del sector turístico, al menos de momento. Para Juanita Ángel, administradora de las Cabañas Agua Dulce, en Providencia, la ordenanza es una medida necesaria y que los beneficiaría, porque en la isla no hay suficientes cocos.
“En el restaurante del hotel, por ejemplo, tenemos muchas recetas que incluyen el coco, y a veces nos vemos 'muy a gatas' para conseguirlo”, dijo Ángel.
Para la administradora, las prácticas tradicionales de cocina se verán afectadas, pero no por esto los turistas dejarán de visitar el archipiélago.
“Hay cosas que se pueden sustituir. En Providencia, por ejemplo, hay una señora que aprendió a hacer en cerámica la cocha del cangrejo, para evitar desaparecer el animal. Lo ideal sería inventarse algún coco en plástico para servir el coctel y prevenir el desabastecimiento del fruto” argumentó Ángel.
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