Además de la plaza cívica Luis Carlos Galán Sarmiento, que ya fue habilitada para que los vendedores ambulantes de Bucaramanga ofrezcan allí sus productos durante la temporada navideña, la Administración analiza en qué otros espacios replicar la iniciativa.
Entre las alternativas que se contemplan están los tanques del agua de la Rosita con carrera 23 o algunos parques.
“Tendremos que mirar que se genere el menor impacto ambiental posible, como ocurre en el San Pío donde se hace el mercadillo campesino. En una semana ya definiremos los sitios concretos”, aseguró el subsecretario del Interior, Ludwing Mantilla.
Los ambulantes que están en la plaza cívica desde el lunes, cuando se abrió el espacio para ellos, consideran que la propuesta será un fracaso si la Alcaldía no organiza mejor las cosas. Actualmente los comerciantes se ubican en los lugares que quieren dentro de la plaza, sin ninguna vigilancia, y eso ha generado conflictos entre ellos.
Durante los primeros días las ventas tampoco han despegado porque, según ellos, la Administración no se ha preocupado por atraer a las personas con eventos o publicidad.
“El lunes no bajé bandera, como decimos popularmente los vendedores. El martes pasé el día blanqueada y lo que va de esta jornada, siendo las 11:00 a. m., he vendido 4.000 pesos y un almuerzo no se baja de 7.000 pesos”, dijo Luz Elena Bermúdez, que lleva 24 años comercializando en las calles.
A pesar de que en la plaza cívica se tiene espacio para 200 ambulantes, ayer no había más de una docena. Muchos desestimaron la oferta porque las carpas con las que dispone la Alcaldía son pocas y les tocaría trabajar bajo el sol, en una zona que no es muy comercial.
“Yo quisiera que el alcalde Rodolfo Hernández se sentara aquí y sacara las cuentas de cuánto se vende al día. A él, que es empresario, le daría mucha tristeza. Si esto no cambia los pocos que están acá se podrían ir a vender de nuevo por toda la ciudad”, remarca Luz Elena, que usualmente ofrece sus productos en la calle 36 entre carreras 14 y 15.
Por ahora, seguirá en pie la propuesta de la Alcaldía de mantener este espacio, como una especie de feria navideña, hasta el 6 de enero y a la par endurecer los operativos de recuperación del espacio público en otros sectores como el Paseo del Comercio.
Mario Bayona, comerciante formal del Centro, cree que el hecho de que ubiquen a los ambulantes lejos de los locales legalmente establecidos es positivo porque así se evita la competencia desleal, pero pidió a la Administración no dejar el proceso a la deriva para que tenga éxito.
“Si van a hacer eso no es para poner a la gente a trabajar con las uñas. Hay que dotarlos con buenas carpas y zonas de baños para que en realidad sea atractivo para la gente venir aquí”, sostuvo Bayona.
Otros sectores rechazan de tajo la iniciativa. “Hay que tener en cuenta que el espacio público es de la ciudadanía, y no debe utilizarse para el benéfico particular, ni del comercio formal ni del informal”, afirmó Alejandro Almeyda, director de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) en Santander.
En ese sentido coincidió el concejal Pedro Nilson Amaya, quien manifestó que es “una forma de premiar la ilegalidad y castigar a los comerciantes legales, que son los que contribuyen y aportan recursos al municipio. Si los afectamos a ellos con qué cara se les puede cobrar los impuestos”.
BUCARAMANGA