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En la Bocagrande de Tumaco las ballenas rescataron el turismo

Las ballenas se pueden apreciar a 10 ó 15 metros de distancia.

Las ballenas se pueden apreciar a 10 ó 15 metros de distancia.

Foto:Archivo particular

Por la pandemia, operadores turísticos se reinventaron; otros se dedicaron a otras actividades.

Mauricio De la Rosa
Ahora, la isla de Bocagrande en el departamento de Nariño recibe una inusual visita que le cambió la vida a un puñado de nativos y empresarios que llegaron a creer que la pandemia los había dejado en la ruina.
“Es toda una fantasía ver tan cerca a un animal tan grande”, dice entre emocionado y admirado Fredy Alfonso Caicedo, al describir el momento en el que las gigantescas ballenas jorobadas luego de recorrer más de 8.500 kilómetros desde la lejana Antártida, se instalan en las aguas de esta paradisiaca isla, distante a solo 30 minutos de Tumaco.
Aunque no ha estudiado las características de estos animales, asegura que las condiciones del agua y la tranquilidad de la zona hacen que las ballenas muestren un comportamiento muy distinto que permite verlas en toda su dimensión.
“A las ballenas acá si les gusta saltar, no se mantienen debajo del agua, vienen acá a solearse, les gusta nadar, les gusta brincar y vienen a aparearse”, señala este tumaqueño que se dedica a la pesca y al turismo.
Hasta comienzos de este año tanto él como otros nativos llegaron a pensar en cambiar la actividad por otra, porque el covid-19 había alejado a los turistas.
Las cómodas cabañas y las hermosas playas permanecieron prácticamente solas durante más de un año, lo que los llenó de pesimismo e incertidumbre.
Pero con el arribo de las ballenas yubartas los turistas se sintieron atraídos y volvieron a este exótico lugar nariñense, indica Caicedo para luego extender una invitación: “les decimos a todos que vengan y así podrán disfrutar del gran momento de ver a una ballena a tan solo 10 o 15 metros de distancia, eso es algo maravilloso”.
El biólogo del Hotel Las Lilianas, Miguel Ángel Martínez, aún recuerda los difíciles momentos que tuvieron que vivir nativos y empresarios en la isla por cuenta del nuevo coronavirus.
“Hemos sido muy golpeados por la pandemia, pero gracias a esta temporada de ballenas nos hemos podido organizar los lancheros, los guías y quienes laboran en los restaurantes y hoteles”, subraya.
Entre los meses de marzo y octubre de 2020 los negocios debieron cerrar sus puertas, mientras que en lo que va corrido del presente año se ha registrado una lenta pero paulatina reactivación turística.
“Fue una época muy difícil porque las deudas y todos los compromisos seguían”, pero por fortuna con el paso de los meses “nos reinventamos, nos pusimos a hacer comidas a domicilios en Tumaco, asistimos a clases virtuales de cocina, fue algo innovador en su momento”. Eso les permitió canalizar algún recurso para su sostenimiento y enfrentar así la grave crisis.
Algunos, incluso, en medio del desespero tomaron la decisión de dejar su actividad para dedicarse a otras muy distintas.

'La inmensidad de Dios en el mar'

Y cuando se trata de dimensionar la cercana presencia de los cetáceos, Martínez no duda en recalcar que no es otra cosa que “la inmensidad de Dios en el mar”.
Una de las ballenas en Bocagrande, Nariño

Una de las ballenas en Bocagrande, Nariño

Foto:Archivo particular

“Es que observar a una ballena como tal es algo muy lindo, es una experiencia que no tiene comparación alguna admirar esta especie marina”, afirma y acerca de la ubicación estratégica que tiene Bocagrande en la frontera con el Ecuador advierte que eso atrae más a las ballenas, “por eso la probabilidad de verlas en esta época es muy alta”.
En la actual temporada de avistamiento de ballenas que terminará en octubre próximo, el flujo de turistas aumentó de manera considerable, a tal punto que en un solo día llegaron a la isla alrededor de 600 personas y se estima que más de 6.000 estuvieron en esta época del año.
La Asociación de Hoteleros, Pescadores y Agricultores de Bocagrande, Asobocagrande, es una organización comunitaria que viene impulsando el turismo en la zona y que promociona el avistamiento de ballenas como un espectáculo único que ofrece la naturaleza.
Para Deyber Hernández, uno de sus integrantes, es muy contagiosa la emoción y la alegría que siente la gente cuando desde las embarcaciones observan las ballenas, “esta es una experiencia maravillosa que nadie se puede perder”.

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Mauricio De la Rosa
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