“No fue un accidente, a mi hija la mató Jorge Julio Jiménez Jiménez”, sentencia Estela Duque. Han pasado cuatro años desde que anduvo por toda Ciudad de México, durante 21 días, para recorrer los pasos de su hija Diana Alejandra Pulido, quien murió en circunstancias poco claras.
Se refiere al hombre que estuvo con Aleja –como llamaban a la mujer, de 27 años– la noche del 4 de junio del 2012, cuando su hija cayó del séptimo piso del edificio Parques Polanco, en la capital mexicana.
Ocho meses después, la justicia mexicana concluyó que se trató de un accidente debido al estado de ebriedad de la joven paisa, por lo que no se abrió un proceso judicial.
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Pulido había viajado a ese país a mediados del 2011 para cumplir su sueño de ser cantante de pop electrónico. Se alojó donde una tía y ya había grabado nueve canciones.
Ese 4 de julio se encontró en el restaurante Mi Gusto Es con Jorge Julio Jiménez Jiménez, hijo de un empresario que tenía interés en invertir en su proyecto musical. Allí también estuvieron Ana Narro, otra joven artista, y José Alejandro Castro o ‘Warner’, que celebraba su cumpleaños.
Hacia las 8 p. m. salieron a un bar en el sector de La Condesa. Ana –a quien conoció ese día– y ‘Warner’ se despidieron a eso de las 10. Pulido y Jiménez se quedaron solos.
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Las autoridades mexicanas reportan que hacia la 1:05 a. m. apareció el cuerpo de una mujer, en ropa interior, en Parques Polanco. Según el informe forense, tenía 415 miligramos de alcohol en sangre por cada 100 mililitros. Sin embargo, Narro al irse no vio a su colega ebria, solamente alegre.
Tres meses más tarde, en octubre, Estela Duque, acompañada por un equipo del canal Caracol, recorrió despachos judiciales y los sitios donde estuvo su hija antes de morir, y se entrevistó con autoridades y personas que compartieron con ella.
Esa noche del 4 de julio, Jiménez se fue del sitio. A los tres meses se presentó ante las autoridades. Declaró que la colombiana cayó del balcón cuando realizaba un baile erótico para él. Y sobre los rastros de piel en las uñas de Pulido, dijo que ella lo aruñó en un momento apasionado.
La mamá de la cantante anota que los forenses no hallaron huellas de una relación sexual. Y pregunta por qué desaparecieron la ropa y el celular de Diana.
“Aquí no hay suicidio”, dijo el entonces embajador en México, José Gabriel Ortiz, quien agregó que una vecina “escuchó gritos de una mujer pidiendo que no la botaran”. Un mes después, la vecina del apartamento 703 dejó el inmueble.
“No fue un accidente, a mi hija la mató Jorge Julio Jiménez Jiménez”, repite Estela Duque.
IVÁN NOGUERA
Con información de ‘El Universal’ de México.
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