Las jugadoras de la Selección Colombia de hockey en patines recorren el campo de juego de arriba a abajo detrás de la bola de caucho, que tiene el tamaño de una pelota de tenis.
Si fueran las ‘superpoderosas’ del fútbol ya habría una cantidad de fanáticos alrededor. Y si no llegaran con ellas, lo harían en caso de que los protagonistas de la escena fueran James Rodríguez y sus compañeros de la tricolor masculina de mayores.
Pero al tratarse de un deporte poco conocido en Colombia, el entrenamiento pasa inadvertido para la mayoría de transeúntes y deportistas en la unidad deportiva Palogrande en Manizales. Solo un perro callejero sigue desde la barrera, emocionado, los movimientos de la bola.
No obstante, estas 13 jóvenes, que tienen de 19 a 29 años, se alistan para asistir al próximo campeonato mundial de hockey sobre patines, que se celebrará en Iquique (Chile), del 24 de septiembre y al 1 de octubre de este año.
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Dos de ellas vienen de jugar en clubes de España. Una es Sofía Ramírez Trujillo, mediocampista. La otra, que lleva más tiempo, es la portera Mariana Vélez. “Hay que sacar un poco del bolsillo de uno, porque este es un deporte menos reconocido que otros y por eso recibe menos apoyo”, dice Ramírez.
Ella lleva un proceso de crecimiento en el deporte desde los siete años con otras dos de sus compañeras, manizaleñas como ella. Las otras jugadoras, también dedicadas desde niñas a esta disciplina, son antioqueñas o bogotanas.
En 2014, representaron al país en el mundial de Francia y volvieron con un octavo puesto. “Vamos a intentar mejorarlo, obviamente”, asegura el director técnico del equipo, el portugués André Torres.
Su trabajo es la muestra de que el panorama para el hockey en Colombia empieza a mejorar. Reconoce que las condiciones son difíciles, pero también defiende el “apoyo gigante de la Federación Colombiana de Patinaje y su patrocinador principal”.
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Gracias a estos recursos –afirma– tiene el “privilegio” de entrenar a este grupo. Al fin y al cabo, los cupos al mundial son directos y muchos países no se presentan por falta de dinero. “Es una modalidad un poco costosa”, señala.
Él lo sabe bien. Empezó a jugar a los seis años en su natal Barcelos (Portugal). Desde entonces, ha pasado 25 años de su vida dedicado a patinar con el ‘sitck’ (palo) detrás de la pelota de hockey, para meterla en la red de sus oponentes.
Lo hizo en varios equipos de su país y en campeonatos del mundo. Luego, en 2005, empezó a dirigir equipos y llegó a ser incluso campeón nacional de Portugal en varias categorías.
Por eso se le puede creer cuando dice que nuestra selección femenina “es un equipo que da placer dirigir”, a pesar de que constantemente las regaña en un idioma que ellas ya entienden, pero que a un oído común le parece una mezcla extraña de portugués y español.
Pero también hay que tomar en serio su opinión cuando reconoce que, por más que se esfuercen por hacer en unos meses el trabajo que a potencias del deporte como Argentina y España les toma años, “no podemos hacer un milagro porque esto toma tiempo”.
Además, Sofía se está recuperando de una lesión “complicada” y todavía no es seguro que pueda quedar en la convocatoria definitiva para Chile, pues el grupo todavía consiste en una preselección.
“Estamos trabajando en el límite de nuestras posibilidades. Estamos muy satisfechos con el trabajo, pero queremos seguir mejorando”, insiste Torres. Las jugadoras, a pesar de la fatiga, hacen todo lo posible por seguir el ritmo. “No podemos pedir mucho más”, les reconoce él a las jóvenes y a la Federación.
Serán los rivales –aún desconocidos– que tendrán en Iquique los que les midan los resultados de tanto esfuerzo. Sofía, entre tanto, se mantiene en que “la expectativa es muy grande”, gracias a la experiencia adquirida en estos dos años.
MANIZALES