Aunque el servicio de agua empezó a restablecerse paulatinamente desde las 4:30 p.m. del lunes en los sectores aledaños a las plantas de tratamiento ubicadas en Canceles; este martes, el 95 por ciento de usuarios de la capital de Risaralda tienen agua desde las 6:00 a.m. El restante lo recibirá al final del día.
Una creciente del río Otún que se presentó finalizando la tarde del domingo en el sector de la bocatoma y el canal de aducción Nuevo Libaré, arrastró dos rocas que obstruyeron el paso de agua hacía las plantas de tratamiento, dejando la ciudad sin suministro del líquido todo el día.
El ingeniero Juan Carlos Álvarez Echeverry, subgerente de operaciones de la empresa Aguas y Aguas de Pereira, explicó que el material y las rocas imposibilitaron la manipulación de la compuerta denominada radial (la que permite regular la entrada del agua a la bocatoma) y por eso el caudal se desvió hacia el canal de excesos y no pasaba a las plantas de tratamiento.
Desde las 5:00 a.m., unas 30 personas entre directivos y demás personal del acueducto se pusieron al frente de la situación, removiendo con retroexcavadora las piedras de entre 20 y 30 toneladas. Así, la tarea tomó cinco horas menos de las previstas.
“Hacia las 11:30 a.m., se hizo la remoción de la roca, que dejó fluir agua hacia las plantas de tratamiento. Se anticipó mucho el cronograma que se tenía estimado”, indicó el gerente de Aguas y Aguas, Francisco Valencia López.
Con la borrasca, el caudal del río subió a 7.5 metros cúbicos por segundo, cuando el habitual es de 5. Es decir, que la fuerza del agua era mucha más de la habitual. “Para que el río haya botado dos rocas de ese tamaño, realmente lo que sucedió fu una borrasca descomunal”, destacó el gerente de la empresa de servicio público.
MedidasSegún Valencia, lo que sucedió tenía “una mínima probabilidad de presentarse”. Sin embargo, aseguró que ya están tomando medidas a corto y largo plazo.
“La empresa justamente hace 20 días contrató un estudio que permitirá definir y construir una infraestructura que no tarde más de dos días ante una situación con el canal. También hay una consultoría que está planteando una solución sobre el talud El Carbonero, otro de los riesgos que amenaza el canal de aducción Nuevo Libaré”, declaró.
De igual manera, explicó que hay otra consultoría definiendo sistemas de detalle, donde se plantea un sistema de redundancia desde la microcentral antigua de Energía de Pereira. La idea de este que ayude a conducir las aguas por una red de 30 pulgadas desde ese punto, por un tubo elevado en el sector de Libaré. De esta manera, que permitiría que salga una red expresa hasta una planta de tratamiento en Villa Santana y, de allí, a otras plantas.
“Lo más cercano a consolidarse es un proyecto de 20.000 millones de pesos para resolver la falta de resiliencia frente a un problema de desabastecimiento o a una afectación en la estructura en bocatoma, o en tanques de aducción”, dijo.
Por último, el gerente también aseguró que, en el corto plazo, se definió que se construirá una estructura, a manera de contenedor, a las afueras de bocatoma para evitar una nueva situación como que se presentó ayer.
En alerta rojaPor su parte, el director Operativo de la Dirección de Prevención y Atención de Desastres (Dopad) en Pereira, Alexánder Galindo, destacó que, en lo referente a cobertura y extensión, lo sucedido en la bocatoma ha sido una de las mayores afectaciones por el invierno en la ciudad.
Recalcó que, en este momento, se está en alerta roja y que se tienen todos los protocolos activados en monitoreo de taludes, pues el Ideam tiene previsto que el invierno se extienda hasta mediados de diciembre en diferentes partes del país.
Así mismo, Galindo explicó que se han presentado una serie de deslizamientos en vías de la ciudad y dos evacuaciones preventivas. Esta decisión, señaló, se ha tomado porque, aunque no ha habido afectación directa de las viviendas, se tomó la medida para evitar otro tipo de emergencias.
PEREIRA
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