José Delio Solórzano y su esposa María Liliana Ramírez, residentes en el norte de Huila, epicentro de los dos temblores que se presentaron después de las 7 de la noche del domingo, están vivos de milagro, pues parte de una pared de su vivienda construida en ladrillo se vino al piso por el movimiento telúrico.
“Cuando vi que el televisor, cuadros y techo de zinc se movían sin que nadie los tocara, traté de pararme y correr, pero, por el susto, las piernas no me respondieron y entonces comencé a gritar: corran, corran, un temblor está sacudiendo a Colombia”, afirmó José Delio, un jornalero de 45 años que, más reposado, narró este lunes los momentos difíciles que vivieron los 10.000 habitantes de este municipio del norte del Huila, ubicado a dos horas y media de Neiva.
“Fueron unos 30 segundos de infarto, por lo que en ese momento lo primero que uno piensa es en Dios para que proteja su familia, y con razón, porque Colombia se mecía de un lado a otro, parecía una hamaca”, aseguró Solórzano.

Vías se vieron afectadas. Archivo particular
Su mujer lo jaló con fuerza y con los hijos en brazos corrieron a la calle, pero “por la carrera y el afán de ver que la casa se nos venía encima, María Liliana se cayó en las gradas y tuve que cargarla para ponerla a salvo”.
“Mis hijos lloraban y decían: 'Papi, ¿por qué la tierra se sacude tanto?' ”, señaló el ciudadano.
En la calle la confusión fue mayor, pues familias enteras corrían dando gritos por el pánico y a José Delio con ayuda de bomberos como Abelino Ramírez no les quedó otra alternativa que calmar los ánimos. (Además: ¿Qué hacer en caso de alarma de sismo?)
“Cálmense, el temblor ya pasó”, decían a grito entero, pero por una réplica del temblor, que sucedió posteriormente, hubo desmayados y otros con crisis nerviosa, por lo que fue necesario atenderlos en el hospital del municipio.
“De un momento a otro la tierra comenzó a sacudirse y al instante se fue la luz en el pueblo”, dijo el bombero Abelino Ramírez, quien con sus compañeros salieron a las calles a brindar ayuda.
“Todo mundo evacuó las casas y se oían gritos porque la tierra no dejaba de zumbar y sacudirse”, dijo el bombero y agregó que, con la réplica, "la situación fue peor".
Leonardo lozano, comandante de bomberos en el municipio de Colombia, quien a la hora del temblor visitaba a un amigo en el barrio Carmelitano, tuvo que sortear la situación calmando los ánimos de grupos de ciudadanos que corrían buscando protección en el polideportivo.
“Fue durísimo, hacía más de 30 años no vivíamos uno de esta magnitud tan alta”, señaló y agregó: “Por el pánico, todo el pueblo durmió en el parque principal, en polideportivos, solares y sitios despejados”.

Las grietas en las paredes son algunos de los daños que ocasionó por el sismo. Archivo particular
Ciudadanas que pasaron la noche en una cancha relataron que “después de este sacudón, nadie puede estar tranquilo”.
“Yo dormí en colchonetas con mis hijos en el parque, porque en una casa con grietas producidas por un temblor, nadie duerme, los nervios no dejan pasar la noche en paz”, afirmó una ama de casa.
Este lunes, el comandante de bomberos y sus colaboradores visitan las casas para verificar los daños, pero muchos creen que al menos la mitad del municipio, unas 250 viviendas, presentan fisuras pequeñas en paredes. Algunas perdieron parte de sus techos.
“Gracias a Dios no tuvimos víctimas ni heridos, los daños son materiales por agrietamiento de paredes, daños en los techos y hundimiento de los pisos”, dijo el comandante de bomberos, Leonardo Lozano.
Ni el templo del municipio se salvó, pues, tal como lo relata el sacerdote Walter Zapata, el temblor se presentó en el momento en que concluía la eucaristía del domingo.
“La iglesia estaba llena, y cuando el templo comenzó a sacudirse, muchos feligreses corrieron hacia el parque, otros daban gritos y solo algunos permanecieron en los puestos pidiendo la protección del Señor”, narró el sacerdote Zapata, quien agregó que la cúpula del templo tiene fisuras pequeñas que podrían generar problemas posteriores.
“El pueblo no se cayó por milagro de Dios”, aseguró.
En un barrio humilde, Víctor Manuel Cardozo pide ayuda, ya que las paredes de su vivienda en tierra y bahareque se fueron al piso: “Nos quedamos sin casa y en estos momentos es cuando uno más espera la ayuda del Gobierno y de la gente buena”, señaló el ciudadano.
La alcaldesa de Colombia, Adelia Guzmán, también alertó por un derrumbe presentado en la vía que conduce a Neiva.
“Muchos querían salir del municipio en motos y carros para visitar a sus familias de la zona rural, pero el derrumbe en la carretera principal no los dejaba pasar”, señaló la alcaldesa, quien pidió la ayuda del gobierno nacional.

Ciudadanos piden ayuda para levantar sus viviendas. Archivo particular
TOLIMA
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