Con una temperatura cercana a los 40 grados centígrados, un grupo de policías se internó en las profundidades del Catatumbo, en Norte de Santander, para emprender un proyecto productivo que se ha convertido en un escenario de reconciliación, donde uniformados y exguerrilleros trabajan de la mano en la generación de oportunidades económicas para población afectada por el conflicto.
La iniciativa, que fue impulsada por tres técnicos agropecuarios vinculados a la institución, consiste en la construcción de un galpón para albergar más de 300 gallinas en la vereda Caño Indio, en zona rural del municipio de Tibú, donde el Gobierno Nacional instaló una de las 19 zonas de normalización transitorias para el proceso de desmovilización de los combatientes del grupo subversivo.
Las jornadas en este lugar son extensas y comienzan desde tempranas horas de este jueves. Bajo unos métodos sostenibles de reproducción y monitoreo del alimento, los patrulleros Iván Darío Rodríguez, Jorge Sanguino y Fabián Pérez Castro, en compañía de excombatientes de las Farc, crían estas aves que mensualmente producen más de 6.000 huevos.
En este centro de producción, los uniformados también ofrecen capacitación a personas que residen en esta zona y que han decidido abandonar la producción de cultivos ilícitos, en medio de los programas de sustitución voluntaria de la mata de coca.
Cerca de 20 labriegos reciben lecciones sobre cómo adecuar el abono y controlar posibles brotes de enfermedades en estos animales que ellos crían.
Esta idea surgió como parte de seis nuevas estrategias para fortalecer la cultura agraria y promover oportunidades en materia de capacitación y sostenibilidad, en el marco de la Unidad Policial para la Edificación de la Paz, que está adscrito al Departamento de Policía Norte de Santander.
Estas líneas de desarrollo estarán enfocadas en la promoción de espacios para la reconstrucción del territorio y la reinconroporación de excombatientes.
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