Enmarcada en una estrategia para reactivar la economía del nuevo Gramalote, en Norte de Santander, se realizó el primer día de mercado campesino en la plaza del renacido municipio donde familias campesinas y cerca de 50 gramaloteros revivieron el intercambio comercial, un rasgo característico del pueblo días antes de que una falla geológica ocasionara su desaparición, ocurrida en diciembre de 2010.
Los vendedores aprovisionados de artículos de la canasta familiar y vegetales arribaron el pasado sábado para instalar ocho puntos donde recibieron a pobladores del nuevo casco urbano y trabajadores de las obras que allí se adelantan, quienes 'arrasaron' con sus productos.
“Todos los asistentes a la jornada estaban muy emocionados. Después de casi siete años, venderle a la gente del pueblo nuevamente fue un sueño hecho realidad. Los vendedores llegaron felices, con una emoción tan grande que me llamaban a decirme que les fue muy bien y que querían repetir el día de mercado campesino”, explicó Amparo Mariño Mendoza, representante de la Asociación Veredal Agropecuaria de Gramalote, que encabezó la jornada junto con funcionarios del Fondo de Adaptación.
Según este colectivo campesino, la propuesta contempla suprimir la intermediación a la que estaban acostumbrados los pequeños comerciantes para ofrecer la mercancía, desde que una falla geológica sepultó el municipio.

Empleados de las obras que se adelantan en el nuevo municipio también asistieron a la jornada.
Fondo de Adaptación
“El sábado estrenamos la plaza campesina que forma parte de las instalaciones de la plaza de mercado, un área que tradicionalmente han usado los campesinos en Gramalote los fines de semana para vender sus productos”, explicó Iván Mustafá Durán, gerente del Fondo de Adaptación.
El pasado 11 de marzo cerca de 200 gramaloteros se mudaron al nuevo municipio, que emerge sobre un terreno de 100 hectáreas de la vereda Miraflores, a 40 minutos del antiguo casco urbano.
Además de la plaza de mercado, el nuevo pueblo está conformado por 1.007 casas repartidas en 16 barrios, un parque principal y un centro administrativo con el despacho del Alcalde, el Concejo, la oficina de la Registraduría y una entidad bancaria.
Después de casi siete años, venderle a la gente del pueblo nuevamente fue un sueño hecho realidad.
CÚCUTA