Tatiana apenas tenía 2 años cuando su padre y su tío tuvieron que lanzarse al río Guaviare para evitar que los acribillaran paramilitares que ejecutaron la masacre de Mapiripán.
Cuando tenía 8 años tuvo que, junto a sus abuelos, cavar una tumba con sus manos para enterrar a su hermano asesinado, al parecer, por policías y paramilitares en Vista Hermosa (Meta).
Hoy tiene 20 años, cursa sexto semestre de Económica en la Universidad de los Llanos (Unillanos), y va a votar Sí el plebiscito, pese a las críticas que recibe. Argumenta que no quiere que otras personas vivan la tragedia que su familia ha sufrido.
Siendo apenas bebé, su padre Jovany Guarín Chaves y su tío Walter tuvieron que huir de las balas de los paramilitares que en el año 1997 ejecutaron la masacre de Mapiripán, lanzándose al río Guaviare, señalados –sin serlo– de ser colaboradores de la guerrilla.
Su padre y su tío estuvieron desaparecidos durante tres meses, hasta que llegaron a Villavicencio, donde Tatiana vivía con su madre y con sus abuelos.
Al cabo del tiempo su padre regresó a Mapiripán y hace como siete años llevó a Tatiana al pueblo. Allí tuvo que soportar ser esculcada en los retenes de la guerrilla de las Farc que no permitían el ingreso de ningún dispositivo electrónico a Mapiripán.
El hermanoAntes de regresar a Mapiripán su papá tuvo un hijo con otra mujer diferente a la madre de Tatiana, que dejó al cuidado de los abuelos.
Los abuelos de Tatiana se fueron a vivir a Vista Hermosa, donde tenían unos ahijados con una panadería. Allí su hermano, Jovanny Guarín, que comercializaba huevos que llevaba de Granada, desapareció junto con un amigo una noche del año 2003 cuando había toque de queda hasta las 10:00 de la noche. Tatiana recuerda que llegó tarde y su abuelo no le abrió la puerta.
“Mi hermano –que tenía 15 años– duró desaparecido siete días y al él lo encontraron muerto en un caño cerca de Vista Hermosa. La búsqueda las hicieron mis abuelos y mi mamá, que no era la madre de él”.
Lo hallaron hacia las 2:00 de la tarde y tuvieron que enterrarlo cinco horas después porque su cuerpo estaba descompuesto.
Pero antes de hacerlo llegaron unos soldados, uno de ellos delante de nosotros abrió las bolsas de los cuerpos de mi hermano y su amigo y los dejaron al descubierto, sabiendo que estaban en proceso de descomposición, reclama Tatiana en un tono de rabia.
No le pudieron dar cristiana sepultura. Con las luces de dos motos alumbrando y con las manos cavando hicieron la tumba para sepultarlo.
EscondidoLos abuelos de Tatiana tuvieron que salir de Vista Hermosa y no les permitieron sacar el cuerpo de su hermano Jovanny.
Se trataba de una muerte violenta y por eso los primeros años se resignaron a dejarlo allá.
Después de diez años y pese a todos los trámites que hicieron ante las autoridades tampoco les permitieron traerlo a Villavicencio para darle cristiana sepultura.
Hace un año lograron sacar los restos en una bolsa plástica y a las escondidas para poder despedirlo. Tatiana reconoce que “eso suena algo contra la ley, pero no encontramos otra manera de hacerlo. Con mi familia llevábamos 12 años con el dolor de no poder despedirlo como se merecía”.
A su vez, el papá de Tatiana se enteró por versión de un paramilitar desmovilizado que a Jovany y al amigo los habían matado unos policías porque la noche que desapareció ingresaron al puesto de Policía de Vista Hermosa y vieron algo que no podían ver.
Tatiana sostiene que “no me interesa saber el nombre de los que mataron a mi hermano porque en algún momento tendrán un remordimiento de conciencia por los actos malos que hicieron y si hoy están en la cárcel, pues que paguen por lo que hicieron”. Lo importante es que estos casos no se vuelvan a repetir y por eso dice que votará Sí el plebiscito.
LLANO SIE7EDÍAS
@nelard1
Comentar