Martín Alonso Abad Abad dejó este mundo de la manera en que seguramente no quería: en la ciudad y rodeado de otras personas. El artista antioqueño de nacimiento, pero pereirano por adopción, decidió vivir como ermitaño hace 43 años. Vivía en una pequeña casa del corregimiento de La Florida, de la capital de Risaralda,y solo iba a la ciudad por alimentos o a visitar amigos entrañables.
Sin embargo, Abad falleció a los 77 años de edad en un asilo de ancianos, adonde fue llevado por sus familiares debido a su precario estado de salud.
Recientemente, una obra de Abad hizo parte del Salón Nacional de Artistas, edición número 44, que por primera vez se realizó en Pereira. Fue una especie de homenaje en vida, como lo fue la estrella de la fama que hace unos años le hicieron en frente del Uniplex, un centro de oficinas y locales comerciales de Pereira, donde se han exaltado a deportistas y cantantes.
Estudió arquitectura en la Universidad de Medellín y en esa etapa se apasionó por el arte, el color y las formas. Allí nació es el escultor que revolucionó a Pereira porque fue el primero que expuso sus obras en la calle. Su estilo se define como "conceptual" y "objetual".
Además fue escritor. Con ‘Coclí, coclí, el que lo vi lo vi’, basado en los juegos infantiles en Jericó, ganó el IV Concurso Nacional de Novela Ciudad Pereira. También escribió el cuento 'Monumenpsicosis', con el que participó en unos Juegos Florales en su pueblo natal. En ese texto le dio vida a las esculturas e imágenes religiosas de su pueblo y las puso a interactuar con los habitantes del pueblo.
Sobre la muerte, Abad decía en las entrevistas que le hacían que no le tenía temor y que "debe ser muy bonita desde que existe (...) Hay que aprender a querer la muerte, yo la quiero, sé que voy a morir, no sé cómo, pero que llegue. Lo bueno es la sorpresa".
A esta hora se hace la cremación del cuerpo y las cenizas serán llevadas al mausoleo de la familia Abad en Jericó.
PEREIRA