El intendente jefe Alfonso Matute Ballestas y el patrullero Milton Rafael Ricardo Coavas se convirtieron ayer en las nuevas víctimas mortales del ‘clan del Golfo’.
Los uniformados fallecieron al ser activada, en horas de la mañana, una carga explosiva al paso de la patrulla en la que se transportaban, en inmediaciones de Canalete, en Córdoba.
Con estos dos policías son quince los miembros de esa institución que han muerto este año a manos de la banda criminal, especialmente en Antioquia y Córdoba, zonas donde tienen el dominio del tráfico de cocaína y la minería ilegal.
Los uniformados asesinados se dirigían al sector conocido como la Villa Olímpica, donde instalarían un puesto de control. El intendente Leiser Barreto Gómez y los patrulleros Francisco Alberto Petro Martínez, Jhon Cardales Bravo y Leandro Linares resultaron heridos y fueron trasladados a Montería, para su atención.
Hasta 50 millones de pesos en recompensa ofreció la Policía por información que permita identificar a los autores materiales de la acción terrorista.
“En una primera hipótesis se puede atribuir el ataque del clan a una retaliación por las operaciones que se han venido desarrollando en su contra. Canalete queda muy cerca del Urabá, y se les ha cerrado el paso”, le dijo a EL TIEMPO el coronel Marcelo Russi, comandante de la Policía en Córdoba.
El oficial deploró la muerte de los uniformados y señaló que el intendente jefe Matute llevaba 23 años en la institución y había recibido 10 condecoraciones y 24 felicitaciones por su labor en servicio de la comunidad. Matute estaba casado y deja tres hijos. El patrullero Ricardo también estaba casado y tenía tres hijos. Había recibido 23 felicitaciones.
El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, calificó el ataque como “un acto bárbaro cometido por el crimen organizado en decadencia”.
Este año han muerto por acciones de la Fuerza Pública cuatro jefes de estructura, entre ellos, Roberto Vargas Gutiérrez, ‘Gavilán’, segundo al mando del clan, acción que se convierte en la más contundente desde que se lanzó hace dos años la operación Agamenón, la cual tiene como objetivo exterminar esta red delincuencial.
En dos años, a esta organización le han incautado más de 100 toneladas de cocaína y 28.000 millones de pesos en efectivo para el pago de la nómina.
Dairo Antonio Úsuga David, ‘Otoniel’, máximo jefe del clan, ha venido tramitando el sometimiento colectivo a la justicia, situación que oficializó el presidente Santos, aunque se mantiene la orden de enfrentarlo con el máximo poder del Estado.
Informes de inteligencia advierten que el clan está debilitado.
MONTERÍA
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