Que de noche extrajeran oro y que de día trabajaran en la recuperación de la banca de la carretera que se llevó una avalancha del río Agüíta. Ese fue el acuerdo al que llegaron los indígenas embera chamí que habitan la vereda Santa Rita, del municipio de Pueblo Rico (Risaralda), con presuntos mineros ilegales.
Situaciones similares a la anterior ya se han detectado desde hace tres años en el mismo sector, del Resguardo Unificado Indígena de Pueblo Rico.
El miércoles, el director (e) de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder), Julio César Gómez, funcionarios de esa entidad y técnicos investigadores del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía cayeron de sorpresa a la zona donde se perdió la carretera y se hace la presunta extracción de oro.
“Esa máquina (una retroexcavadora) no debe estar en ese punto porque allá no está haciendo nada, debe estar a este lado”, les dijo Gómez a los líderes indígenas y al dueño de la maquinaria. Ellos dieron sus razones de por qué esa máquina debería estar ahí y negaron que la estuvieran usando para extraer oro.
Sin embargo, luego la comitiva se desplazó a la otra orilla del río, donde se encontró una ‘piscina’ en la que se hace la extracción de oro.
“Encontramos una actuación de minería ilegal. Encontramos una retroexcavadora en el río Agüíta, una ‘piscina’ (donde se extrae el oro a través del barequeo), una draga y una clasificadora, todos los elementos que configuran una minería ilegal”, afirmó Gómez.
El responsable de la presunta explotación minera ilegal mostró un acta de visita de la Carder como el “permiso” que, según él, le dieron para ingresar las máquinas al río.
Durante la visita, el líder indígena Bernardo González abordó a periodistas que cubrimos este hecho y nos advirtió que si no teníamos permiso para estar en esta zona, no podíamos ejercer nuestro trabajo.
PEREIRA