La fábrica de juguetes Maderandia funciona a media cuadra de la plaza principal de Pensilvania (Caldas). Allí trabajan 27 personas. De ellas, 21 son mujeres y casi todas son cabezas de hogar. Tres de los 10 hermanos Pamplona dirigen el taller y todavía le pagan sueldo a su papá, don Joaquín, que tiene 97 años.
La madera es una "pasión familiar". Antes de entrar en el mercado de los juguetes, en los años 80, la empresa original se dedicaba elaborar muebles. Ese había sido el negocio del señor Pamplona desde que llegó al pueblo, hace 62 años, y en la vereda San Pablo, donde vivió antes. A su vez, le aprendió el oficio a su papá, que era de Marinilla (Antioquia).
El hijo mayor, que también se llama Joaquín, es el encargado de llevar al papel las "ideas locas" que se les ocurren a todos para diseñar los juguetes. También fue quien bautizó el negocio, uniendo las palabras 'madera' y 'Disneylandia'.
En Maderandia trabajan 27 personas.
Jonh Jairo Bonilla
No le gusta dar detalles, pero la familia recuerda que tuvo una época "difícil" para la empresa a principios de los años 2000, cuando Pensilvania estaba en medio de la violencia entre el frente 47 de las Farc, los paramilitares y las Fuerzas Armadas. Incluso la guerrilla intentó una vez tomarse el casco urbano y cometió una masacre en el corregimiento de Arboleda.
Sin embargo, los Pamplona aseguran que lo importante ha sido que salieron adelante y que han sobrevivido gracias a la exposición y la venta de sus productos en las ferias artesanales más importantes de las principales ciudades del país.
MANIZALES