Los truenos y los relámpagos fueron la antesala de la lluvia que desde las 7 de la noche del domingo hasta las 9 de la mañana de este martes azotaron a la población de Santa Rosa y Marquesa, en zona rural de Sipí, en el Chocó.
El diluvio, que no parecía tener un final, desbordó los ríos Garrapata y San Agustín, afluentes que bañan las orillas de esta población que se dedica a la agricultura.
“Yo no veía algo así como desde 1969, calcule el terror que sintió la comunidad”, señala Luis Onorio Moreno, presidente del Concejo Comunal de Marquesa. (En fotos: La tragedia del invierno se toma a un Chocó en el abandono)
La creciente de los ríos alcanzó una de las zonas más altas de la comunidad; el miedo se apoderó de las cerca de 60 familias de la zona.
Este pequeño caserío es solo una parte del panorama de casas destruidas e inundadas, personas sin alimentos ni agua y sin un lugar donde dormir, que registran cinco municipios del Chocó afectados por la ola invernal.
Por lo menos 2.000 familias damnificadas se registran en Sipí, Condoto, Novita, Medio San Juan y Juradó, según reporta la Unidad de Gestión del Riesgo de ese departamento.
Hoy, cuando los habitantes de Marquesa se encuentran desenterrando su ropa y sus enceres del barro, además de buscando de qué manera empezar la limpieza de sus casas, Onorio Moreno no ha podido caminar hasta sus cultivos de plátano por miedo a los deslizamientos. (Lea también: El impactante momento en que un río arrastra una casa en Chocó)
“Levanto la cabeza y no veo nada parado, al parecer lo perdí todo”, cuenta, con la voz quebrada, este agricultor de 59 años.
De acuerdo con Carlos Idilio Palacios, secretario de Gobierno de Sipí, por ahora se está realizando la evaluación de los daños, pero, asegura, lo más afectado fueron los cultivos.
En el corregimiento de Santa Rosa, de las 44 casas donde habitaban sus pobladores, en la mañana de este miércoles ya solo quedaban 40; las demás fueron arrasadas por el agua, como se puede evidenciar en un video que circuló el martes.
“Allá hay unas 50 familias afectadas, pero las casas sí fueron arrastradas y, por fortuna, la gente no se encontraba al interior de las viviendas en esos momentos. Yo me encuentro a 20 minutos de Santa Rosa y no puedo llegar porque el barro no me lo permite”, cuenta Jeison Mosquera, habitante de la zona que no se encontraba en su casa cuando el agua intentó tragarse al caserío en el que nació y vive.
Luz Marina Agualimpia, alcaldesa de Condoto, señaló que su pueblo vive una emergencia muy grave desde las 5 de la mañana de este martes. La mandataria estima en más de 3.000 los damnificados.
“Con mi equipo de trabajo estoy recorriendo las calles, que están totalmente inundadas. Tenemos niños sin ropa y hay emergencia hospitalaria, pero la administración municipal no tiene recursos para cubrir a los necesitados, pedimos sábanas, alimentación, ropa y utensilios para los damnificados”, dijo Agualimpia.
En abril y mayo de este año, durante la primera temporada de lluvias del país, se registraron alrededor de 6.000 familias damnificadas, la mayoría por inundaciones en cultivos. Quibdó dejó 6.000 damnificados según Freddy Bolaños, concejero departamental de Atención y Prevención de Desastres.
Por ahora, el sol brilló de nuevo y los habitantes de esta parte rural del Chocó tratan de rescatar lo poco que el barro les dejó.
Carlos Iván Márquez, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y Desastres (Ungrd), explicó que la entidad realiza un inventario de los daños que dejan las fuertes lluvias en el Chocó. El funcionario dijo que una vez sea declarada la calamidad por causa de esta emergencia invernal, el Gobierno Nacional estará entregando las primeras ayudas, entre alimentos y bienes no perecederos.
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