“En otro tiempo todas las gentes acomodadas de Cartagena tenían su casa de campo en la parroquia situada al pie de La Popa, cerro aislado de 590 pies de elevación, en cuya cumbre se venera la imagen de Nuestra Señora de La Candelaria, en una bellísima iglesia del convento de agustinos descalzos, que aún existe. Esta virgen era la de la devoción de todos los pueblos inmediatos, era la Chiquinquirá de las provincias de la Costa. Su fiesta, que se celebra el 2 de febrero, tenía fama en toda la Nueva Granada...”, así relata el pensador Joaquín Posada Gutiérrez un aparte de lo que significa la fe de los cartageneros por su patrona: La Virgen de La Candelaria.
Este jueves, las inmediaciones del cerro tutelar de Cartagena y la Ermita del Pie de la Popa serán testigos de masivas romerías de fieles provenientes de toda la Costa y de la hermana República de Venezuela que llegan a cumplir las promesas ofrecidas a la patrona.
En Cartagena, la Virgen de Candelaria se venera en todos los hogares de fe católica, pero en especial en el convento del Cerro de la Popa. Pero para su fiesta caribeña- mezcla ancestral de rito de la fe con celebración a pagana- la patrona desciende desde la montaña hasta la Ermita del Pie de la Popa.
Ella toma su nombre de la fiesta de la Candelaria o de la Luz, que tuvo su origen en el Oriente con el nombre del ‘Encuentro’, y después se extendió a Occidente en el siglo VI, llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial.
Esta fiesta se celebra, según el calendario o santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen María después del parto.
Como preámbulo, la ciudad vivió desfiles con antorchas, fiestas populares donde la cumbia fue la invitada de honor y hasta cabalgata con ‘caballitos de palo’. Esta celebración es conocida con diversos nombres: la presentación del Señor, la Purificación de María, la Fiesta de la Luz y la más conocida, la Fiesta de las Candelas.
El culto a la Virgen de la Candelaria se ha extendido, a través de los siglos, por diferentes ciudades y países sobre todo en Latinoamérica, donde ha adoptado rasgos de diferentes.
CARTAGENA