La quebrada Las Gachas, ubicada en la vereda Sabaneta, zona rural de Guadalupe, Santander, ha sido considerada como el Caño Cristales de este departamento ubicado en el nororiente del país. Sin embargo, la belleza de sus aguas cristalinas se encuentra bajo amenaza de desaparecer dentro de pocos años.
La llegada masiva de visitantes atraídos por los centenares de cráteres de hasta siete metros de profundidad y que, con buen caudal, se convierten en ‘jacuzzis naturales’, sería la principal causa de una contaminación que terminaría por privarles de vida y color a sus aguas.
Pobladores de la zona señalan que una campaña mediática que se impulsó en el 2015 para la conmemoración de los 300 años del municipio de Guadalupe habría propiciado una romería constante de turistas a este espejo hídrico que se extiende por casi 1.400 metros hasta culminar en una cascada.
Fotos y videos compartidos a través de redes sociales se han convertido en una ventana para impulsar la visita al sitio, cuyos pozos, según geólogos, se habrían formado por una intensa actividad volcánica y por el reacomodamiento de las placas tectónicas que se encuentran bajo el cañón del Chicamocha. No obstante, la llegada de los turistas que se bañan en sus aguas, como si se tratase de un ‘paseo de olla’, y a quienes no se les ha puesto un control para evitar la generación de desechos, han llevado a un evidente deterioro de este tesoro natural. Inclusive, hay quienes han internado sus motocicletas en el cauce.
Habitantes cercanos dicen que con el paso de los días la vegetación en sus alrededores es menos verde.
“Uno de los inconvenientes que tuvimos es que el municipio no estaba preparado para recibir a tantos visitantes”, explicó Miguel Ángel Castellanos, representante del gremio de hoteleros del municipio de Guadalupe. El líder gremial expresó que al lugar llegan aproximadamente 200 personas en un fin de semana; no obstante, cuando se trata de un puente festivo, el número puede ascender a 600.
Como parte de las acciones que se tienen previstas para crear una cultura de preservación de los recursos naturales de la zona, la Gobernación de Santander se comprometió con el cerramiento el área correspondiente a la quebrada, con el fin de crear una zona de protección en toda la ronda hídrica que surte el afluente.
El gobernador Didier Tavera Amado explicó que, además de las cercas que se están instalando, otra vía de solución sería establecer un sendero de acceso a la quebrada, también implementar un proyecto de arborización.
Ante los efectos que ha generado el impacto de turistas, activistas ambientales han instado a que a la quebrada de Las Gachas se le otorgue un título de área protegida con el que se fije un plan de manejo ambiental.
Carolina Rincón Ramírez
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