Considerado como el segundo río más contaminado de Colombia (el primer puesto se lo lleva el río Bogotá), el Chicamocha o Jordán, llamado así desde su nacimiento al sur de Tunja, por décadas ha recibido litros de aguas residuales y desechos clínicos y tóxicos.
Sin embargo, esto podría cambiar gracias a la entrada en funcionamiento, el pasado 7 de octubre, de la primera Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de la capital boyacense, una imponente estructura capaz de remover el 80 por ciento de la contaminación de las aguas que se vierten en el Jordán, según lo reportó Proactiva Tunja, su operario.
A los tunjanos les tomó 11 años de espera poder estrenar este PTAR, que desde el 2005, por problemas de financiación, tuvo un desarrollo lento. Pero en el 2012, para sacar este proyecto adelante, el Ministerio de Vivienda puso 4.850 millones de pesos.
“Tuve la fortuna de ayudar a la terminación de esta planta como ministro de Vivienda, hoy, como Vicepresidente, estoy feliz de ponerla en servicio”, señaló el vicepresidente Germán Vargas Lleras, quien asistió a la inauguración de la planta la semana pasada.
De acuerdo con Corpoboyacá, autoridad ambiental de Tunja y del resto de municipios del departamento, el PTAR tuvo un costo de más de 34.000 millones de pesos. Y cada uno de sus módulos, piscinas de gran profundidad donde el agua es tratada, pueden recibir 60 litros por segundo y devolver al río Chicamocha el mismo líquido con una pureza de casi el 90 por ciento.
Se espera que para el 2020, como lo reportó Proactiva, el resto de módulos del PTAR (8 en total) entren en funcionamiento para aliviar la contaminación de la creciente población de Tunja, que hoy alcanza más de 180.000 habitantes.
“Aportamos el 35 por ciento de recursos de esta planta. Así que necesitamos que entre en funcionamiento pronto porque no solo Tunja se verá favorecida por la descontaminación, sino que otros municipios del Jordán podrán utilizar su agua para riego”, señaló Ricardo López Dulcey, director de Corpoboyacá.
EL TIEMPO
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