Casi todos en Buenaventura tienen una historia que contar sobre vecinos, familiares o amigos –o tal vez ellos mismos– quienes, particularmente en los años ochenta y noventa, se volvieron polizones para alcanzar el sueño americano. Se escondían en bodegas y se alimentaban de agua y panela. Estos son los relatos de cuatro hombres que lo intentaron y tuvieron la suerte de contarlo.
Casi todos en Buenaventura tienen una historia sobre conocidos –o tal vez ellos mismos– que se volvieron polizones para alcanzar el sueño americano. Estos son los relatos de cuatro hombres que lo intentaron y tuvieron la suerte de contarlo.
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"Le dije que me iba a ir en el Isla Puná con unos amigos, de polizonte… y ella me respondió que estaba en embarazo"
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"El treinta y uno de diciembre, los polizontes gritaban: “¡Este año sí, este año es el mío! ¡En este sí la pego!"
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"Cuando se hundió, había perdido toda la esperanza de seguir luchando por la vida."
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"El frío y el veneno al mismo tiempo empiezan a cansarlo a uno y se va quedando dormido"