A los arhuacos de la Sierra Nevada reconciliación les suena a “felicidad”. Eso dijo Oliverio Villafaña, uno de los jóvenes líderes de esa comunidad que asistieron este lunes al foro ‘Encuentros regionales por la reconciliación’, liderado por el Senado de la República y EL TIEMPO Casa Editorial, realizado este lunes en Santa Marta.
En su lengua nativa, pero con ese nombre, los arhuacos bautizaron una estrategia dirigida a recuperar la producción que sus comunidades perdieron en este paraíso colombiano como consecuencia del conflicto armado.
Para los arhuacos “reconciliación” o “felicidad” es dar solución de trabajo a los 47.000 miembros de su comunidad que viven en la Sierra Nevada sin empleo y que representan el 75 por ciento de su comunidad, según dijo Villafaña.
Reconciliación, para el sector hotelero de esta región del país, es recuperar el turismo que las balas de guerrilleros y paramilitares desterraron de esta región cuando el pan de cada día eran las bombas en los hoteles, los secuestros y los asesinatos, como lo relató Ómar García, presidente del gremio hotelero del Magdalena.
El sector turístico del departamento y de Santa Marta ha comenzado a ser visto por europeos, asiáticos y americanos como un destino, ahora sin guerra, pero hay necesidad de organizarse para recibir a esos visitantes.
“El imaginario de mucha gente es que el conflicto fue en el sur del país y que acá no ha pasado nada”, afirmó García, quien pidió que los recursos del posconflicto no se focalicen solo en esa zona, sino en “todo el país”.
Pero esta, que fue una de las zonas más azotadas del Caribe por la violencia, también quiere recuperar su memoria. Aquí la reconciliación pasa por la posibilidad de que miles de mujeres abusadas cuenten su verdad, que los familiares de desaparecidos puedan saber qué pasó con sus seres queridos, pues según Anabel Zúñiga, consejera de paz de Santa Marta, las víctimas deben perder el miedo a hablar.
“Hablar de lo vivido se convierte en una oportunidad para sanar heridas”, dijo la líder samaria en el foro convocado por la reconciliación en esta región del país.
Zúñiga, quien ha trabajado de cerca con la comunidad, afirmó que el acompañamiento del Estado en estas zonas, en las que por décadas no tuvo esa presencia suya, debe ser visto para la construcción de un país sin guerra.
Y un hecho que llamó la atención en el encuentro de Santa Marta fue saber que la Cámara de Comercio de Bogotá decidió involucrarse en el acompañamiento de comunidades indígenas de la Sierra que buscan salidas a su problemática.
Henry Noreña, investigador de esa organización, explicó que ya llevan varios meses ayudando los indígenas arhuacos a tecnificarse en actividades como la producción de café gourmet, su mercadeo y en otros proyectos, pero dijo que se necesita todavía mucha ayuda para estas comunidades.
Al final, según resumió el presidente del Senado, Efraín Cepeda, el hilo conductor del encuentro fue la necesidad de apoyar el acuerdo de paz, pero asistir a las comunidades locales para aterrizar ese concepto de paz entre las comunidades afectadas, con hechos concretos que les permitan superar la pobreza que dejaron tantos años de guerra.
Cepeda también respondió interrogantes de diferentes sectores de la comunidad y se comprometió a brindar soluciones, desde Bogotá, a las problemáticas planteadas.
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