Los bombos y trompetas de los hinchas del Atlético Bucaramanga que se mezclaron con ambientalistas, sindicalistas, víctimas, estudiantes, rectores, empresarios, mujeres con sus cuerpos pintados con mensajes de paz y activistas de derechos humanos, entre miles de personas, se silenciaron cuando a través de las pantallas gigantes instaladas en la plaza cívica Luis Carlos Galán se observó el momento de las firmas del acuerdo entre el Gobierno y las Farc.
Entre lágrimas y abrazos más de 6.000 personas que habían marchado desde la UIS celebraron el instante en que el presidente, Juan Manuel Santos, y el líder de las Farc, Rodrigo Londoño, plasmaron sus firmas en el documento que pone fin a una guerra de más de 52 años.
En esa movilización, como nunca había ocurrido, el rector de la UIS, Hernán Porras Díaz, caminó junto a los estudiantes en los mismos recorridos donde en otras oportunidades los alumnos exigían la renuncia de los directivos de turno.
Eduard Jaimes, integrante de la reconocida barra La Fortaleza, dijo que con el fin de conflicto con la guerrilla más antigua del país el presupuesto para la guerra se podrá destinar a programas sociales para el favorecimiento de los jóvenes en los barrios más pobres de las ciudades.
Tratando de empinarse con esfuerzo en su silla de ruedas César Martínez Blanco, quien en 1987 perdió sus dos piernas en Barrancabermeja tras sufrir un atentado de los paramilitares, indicó con voz firme que ataques como el suyo se podrán evitar apoyando el proceso con las Farc y las situaciones que se presentarán en el posconflicto.
Édgar Pérez, activista dela comunidad LBGTI en Santander, concluyó, minutos antes del fin de la ceremonia, que “la paz no se resuelve con la firma de un acuerdo, este es un primer paso”.
BUCARAMANGA