Ya en el occidente de Caldas no reinan la rumba, la algarabía, el ambiente de celebración que se habían tomado la región desde la noche del jueves pasado, cuando se celebraba la víspera del Carnaval de Riosucio.
El evento bienal terminó la pasada medianoche, entre miércoles y jueves, con la quema del Diablo, figura central y huésped principal de la celebración. Con menos asistentes de los que había el sábado para darle la bienvenida al pueblo, propios y foráneos lo despidieron y escucharon atentos su testamento.
También se le dio entierro al calabazo, fruto que da origen al guarapo. A esta bebida tradicional se le rinde siempre este homenaje en el día final de la fiesta del municipio, que se caracteriza por su mayoritaria población indígena y la presencia de cuatro resguardos en su territorio, cuyas costumbres se entremezclan con la tradición católica.
La presidenta de la Junta del Carnaval, Olga Beatriz Trejos, dio unas sencillas palabras de agradecimiento para todos los organizadores y asistentes. También lo hizo el alcalde de Riosucio, Bernanrdo Arley Hernández, que calificó como "excelente" el balance de estos seis días en materia de seguridad y asistencia las diversas actividades.
En el puente festivo, cuando se realizaron actos centrales del carnaval como la entrada del Diablo al pueblo y el Desfile de Cuadrillas, las autoridades calculan que esta población recibió cerca de 250.000 visitantes, lo que es casi diez veces su número de habitantes.
RIOSUCIO (CALDAS)
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