Con un área de 702 kilómetros cuadrados, Pereira es considerada una ciudad pequeña. Sin embargo, es la segunda más poblada de la región paisa, con más de 488.000 habitantes, lo cual supone un desafío en muchos aspectos, pero principalmente en tránsito y movilidad.
De hecho, en el 2016, en la capital de Risaralda habían ocurrido 2.240 colisiones y 1.060 accidentes, que dejaron más de 1.600 heridos y 57 víctimas fatales. De los fallecidos, 25 eran peatones, quienes resultan ser los actores más vulnerables, según afirma Mario León Ossa, director del Instituto de Movilidad de Pereira (IMP).
La alta accidentalidad motivó ese mismo año un convenio entre el Instituto y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), que proyectó estrategias de educación vial, cultura ciudadana, mejoras en infraestructura y atención médica más oportuna, con un presupuesto de 1.000 millones de pesos.
Al mismo tiempo, la Alcaldía promovió el uso de las ciclobandas (espacios demarcados con prioridad para bicicletas), adelantó la construcción de ciclorrutas e instaló biciparqueaderos en varios puntos de la ciudad.
Para Mario Andrés Rodas, asesor de movilidad activa en la entidad, estas acciones demuestran que la bicicleta “es una opción real de transporte, económica, saludable y que aporta a la descongestión y a la conservación del ambiente”.
Al término del 2016 se habían construido 5,7 km de ciclorrutas, calcula el director del IMP. Esto significó un gran avance en el plan de desarrollo de la ciudad, según el cual, para el año 2019, Pereira debe contar con 30 km de ciclorrutas y 300 estaciones de biciparqueo.
Al lado de la adecuación de infraestructura, también se han adelantado acciones de control en las vías. Es así como este año se han desarrollado operativos de tránsito, intervenciones en los tramos de alta accidentalidad y mejoras en la señalización vial.
Pero además se ha trabajado en pedagogía. En marzo, por ejemplo, la educación en movilidad llegó con fuerza a empresas, colegios y calles de la ciudad, con campañas como ‘Niños y niñas por la cultura vial’, ‘Soy peatón seguro en la vía’, ‘Soy motociclista ejemplar’ y ‘La capital del eje se moviliza en bici’. Desde marzo pasado, han sido capacitadas unas 5.900 personas en promedio por mes en varias instituciones educativas y los empleados de 11 empresas. También se impartieron lecciones de manejo defensivo en clubes y escuelas de conducción, se formó personal paramédico y se conformaron equipos de rescate vehicular.
Con estas actividades, Pereira viene apostando por la seguridad vial, y los resultados ya se ven. Aunque el parque automotor aumentó un 7,9 por ciento, la cantidad de colisiones, accidentes, heridos y víctimas fatales se redujo. Según el Instituto Nacional de Medicina Legal, las muertes de peatones disminuyeron un 20 por ciento y las muertes de motociclistas, un 40 por ciento, en comparación con las cifras de agosto del año anterior.
JIMENA PATIÑO BONZA
Especial para EL TIEMPO
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