Las escombreras están por todas partes y asfixian a la ciudad de Neiva. En un primer recorrido efectuado por la Secretaría de Ambiente fueron detectados 31 de estos sitios ilegales a donde van a parar los residuos de construcción, de demolición y hasta animales muertos.
La mala costumbre de botar escombros donde mejor les parezca la tienen los dueños de zorras tiradas por caballos, y a ellos se suman más de 80 conductores de motocarros que cobran 20.000 pesos por viaje.
El problema ha tomado tanto impulso que durante un día, en una escombrera del barrio Timanco, las autoridades contabilizaron la llegada de 20 volquetas cargadas de ladrillo, tierra y bloques de cemento. Y en otro recorrido se encontraron escombreras hasta en las zonas verdes de los barrios, las cuales deberían utilizarse para parques y sitios de recreación.
Gloria Amparo Gutiérrez, líder de la Secretaría de Ambiente, señaló que lotes privados son usados como escombreras, y el riesgo es que esos predios terminen siendo usados para planes de vivienda.
“Como escombreras, también son utilizadas las orillas de los ríos Magdalena, Loro y Las Ceibas, afluente que surte el acueducto de la ciudad”, afirmó la funcionaria, y agregó que una de las grandes escombreras fue hallada en la desembocadura del río Las Ceibas en el Magdalena. Con apoyo de la Policía fueron selladas y recuperado 10 escombreras ilegales, pero limpiar la ciudad costaría unos 4.000 millones.
“Botar basura es buen negocio, de eso hemos vivido por años”, aseguró un conductor de motocarro. Lo que sorprende es que esta problemática se presenta pese a que existe una escombrera en el relleno sanitario, manejada por el operador de aseo de la ciudad.
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