De acuerdo con el último comunicado de la Mesa Índigena Departamental de Chocó, luego de una sesión de emergencia realizada este miércoles, el martes 22 de agosto hacia las 10:00 a. m. hubo fuertes enfrentamientos entre el Eln y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) en el resguardo indígena Quiparadó, ubicado en zona rural de Riosucio (Chocó).
En ese resguardo habitan las comunidades indígenas Juin Duur, del pueblo wounaan, y Quiparadó la Loma, del embera, que quedaron en medio del fuego cruzado.
La Mesa Indígena denunció además el peligro de las minas antipersonales en sus territorios y el reclutamiento forzado de menores de edad.
Hasta este martes la confrontación había cobrado la vida de Ana María Mepaquito, una mujer indígena de 22 años, quien tenía tres hijos menores de edad y murió por una bala perdida. La mujer fue sepultada el miércoles.
"Además, hay reporte de dos personas desaparecidas, esperamos que estén resguardadas en la selva", dijo Helfer Andrade, consejero de la organización indígena Orewa.
Por otro lado, 18 mujeres con 30 niños se desplazaron a un sitio conocido como La Isla, a 45 minutos del lugar de los enfrentamientos del martes. No ha sido posible evacuarlos del lugar debido a que los grupos armados impiden el paso de lanchas hasta el sector, denunció Lino Mémbora, presidente de la Asociación de Indígenas Wounnan (Woundeko).
Tenemos una fuerte presión de parte de grupos que quieren utilizar a las comunidades como escudo humanos y por eso hay restricción de movilidad
"Estas personas están atrapadas allí, sin alimentos ni atención médica. La situación empeora a cada momento", dijo Mémbora, quien agregó que están evaluando la posibilidad de que la Mesa Indígena sesione entre este sábado y domingo en Riosucio.
"Tenemos una fuerte presión de parte de grupos que quieren utilizar a las comunidades como escudo humanos y por eso hay restricción de movilidad. Estamos precisamente reunidos analizando la posibilidad de que la Mesa Indígena sesione en Riosucio y hacer un cordón humanitario en las comunidades, porque no las podemos dejar abandonadas", agregó el líder.
Para esa sesión están pidiendo el acompañamiento del Gobierno Nacional con el fin de que garantice la protección y seguridad de las comunidades.
Hay reporte de dos personas desaparecidas, esperamos que estén resguardadas en la selva
La otra parte de la preocupación por la situación de estas comunidades tiene que ver con que se perdió la comunicación con ellas. Según Mémbora, la línea telefónica desde la que se estaban reportando dejó de funcionar y no saben qué pudo haber pasado.
Según había informado Andrade, entre las dos comunidades del resguardo Quiparadó sumaban unas 280 personas.
Por otro lado, los líderes indígenas denunciaron el peligro que representan las minas antipersonales sembradas en su territorio, recordando la muerte hace solo un mes de otro miembro del resguardo Quiparadó a causa de uno de estos artefactos; así como la amputación de extremidades inferiores que sufrieron dos indígenas el 20 de marzo y el 11 de julio.
El general Mauricio Moreno, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, encargada de Chocó, había indicado que si bien no pudieron entrar a la zona del conflicto el martes, las tropas ya estaban en el sitio este miércoles.
En la reunión del miércoles, la Mesa Indígena Departamental también denunció que desde mediados de este agosto más de 200 hombres de las AGC hacen presencia constante por los territorios de los resguardos indígenas de El Brazo, en Bahía Solano, y en comunidades de Puerto Indio, en Jurubirá y la Loma. Allí, dice la Mesa, han reclutado jóvenes menores de edad.
Las Autoridades del Estado tienen conocimiento de esta situación, pero no conocemos que respuesta tienen, y mucho menos entendemos su silencio
"Las Autoridades del Estado tienen conocimiento de esta situación, pero no conocemos qué respuesta tienen, y mucho menos entendemos su silencio", dicen en el comunicado.
La Mesa Indígena reportó que el 16 de agosto reclutaron a dos niñas de la comunidad embera de 12 y 14 años de edad, estudiantes de la Institución Educativa Indígena de la comunidad de Buenavista, municipio del Bajo Baudó (Chocó), y hasta la fecha no se tiene información de sus paraderos.
Otro de los casos ocurrió en el municipio de Nóvita, resguardo de Tigre Montería, en donde el 10 de junio fueron reclutados un niño y dos niñas ─de 8, 13 y 14 años de edad─. "Por presión de las comunidades y de sus cabildos, el Eln devolvió a dos de ellos. Todavía sigue en poder de la guerrilla la niña de 14 años, en el momento no sabemos si está viva o está muerta, no hay noticias sobre ella", dice la Mesa Indígena.
Por último, también en junio, en el resguardo indígena de Opogadó, en Bojayá, el Eln reclutó a una niña de 17 años de edad de la que no se tienen noticias hasta la fecha.
MEDELLÍN
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