Más de 100.000 millones de pesos en pérdidas materiales dejó la temporada de lluvias que sacudió a Huila y Tolima durante marzo, abril y mayo. No obstante, las lluvias de menor intensidad aún permanecen.
A la muerte de siete personas por derrumbes en los dos departamentos, se sumaron la caída de al menos 15 puentes vehiculares, vías taponadas por unos 300 derrumbes y daños en cultivos de café.
La situación ha sido tan crítica que, por culpa de las inundaciones y avalanchas, en el sur del Tolima, aún permanecen incomunicados 15.000 campesinos que habitan 52 veredas y corregimientos.
“Las caídas de puentes afectaron a Rovira, Roncesvalles, San Antonio, Ataco, Planadas y Rioblanco, donde aún tenemos dificultades, pues se está construyendo una estructura metálica sobre el río Cambrín”, afirmó Fernando Borja, secretario de Ambiente y Gestión del Riesgo. Agregó que, el domingo pasado, con un costo de 3.300 millones de pesos, se inauguró el puente sobre el río Chilí que une a Roncesvalles con Rovira e Ibagué. Esa estructura había sido arrasada en abril por una avalancha que tuvo incomunicada a la población de Roncesvalles por dos meses.
En el municipio de Honda (Tolima), Ferney Vargas es uno de los 500 damnificados por desbordamientos del río Magdalena. Este pescador perdió hasta su vivienda.
“El río nos sacó corriendo y cuando regresamos al barrio La Magdalena, la casa no estaba”, dijo el pescador que ahora paga arriendo en una pieza.
En el departamento del Huila, la situación también ha sido crítica y 14 de sus municipios permanecen con declaratoria de calamidad pública.
“En una noche de lluvias, truenos y derrumbes, fueron sepultados cuatro miembros de una familia”, dijeron campesinos de Teruel.
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