A lomo de burro, Martha Peralta Epieyú, presidenta del Partido Mais, llegó hasta la enramada de su ranchería, en donde se casaría bajo un ritual wayú con el médico Manuel Molina Pérez.
Lo hizo en compañía de su madre, tías maternas y sobrinos, siguiendo los usos y costumbres de esta milenaria etnia que habita en La Guajira.
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Hoy los matrimonios son de dos y para el pueblo wayú es considerado una fortaleza familiar
Peralta quiso volver a su origen para sellar su unión con el hombre que ama. Por eso, lo colorido del vestuario y la ceremonia, en donde el animal juega un papel importante, como medio de transporte y es vestido para indicar que es algo valioso para los wayús.
La ceremonia se realizó a las 10 de la mañana del pasado sábado 31 de julio, en la comunidad indígena Aritaure, ubicada a unos treinta minutos del corregimiento de Monguí, en zona rural de Riohacha, donde habita su familia.
El Pütchipü’ü Iván Fernández realizó el ritual, que incluyó el uso de la medicina tradicional y se centró en el diálogo familiar en torno a la unidad, al apoyo que comenzará a existir entre las dos familias y al reconocimiento del novio como parte del pueblo wayú.
“Hoy los matrimonios son de dos y para el pueblo wayú es considerado una fortaleza familiar. Yo quise expresarle a la cultura occidental de mi esposo, que no solo estamos los dos, sino que hay toda una familia y un pueblo que respalda esta unión”, sostuvo Peralta.
Mi cultura ha sido mi fortaleza y en esta segunda etapa de mi vida quería hacerle un honor a ella
Para la novia, quien es abogada, era un sueño hecho realidad, más allá de la simbología, asegura que “hay compromiso en la palabra, el respeto y el amor”.
Siempre deseó casarse al igual que sus padres Alcides Peralta (fallecido) y Ana Epieyú Epinayú.
“Mi cultura ha sido mi fortaleza y en esta segunda etapa de mi vida quería hacerle un honor a ella, como mujer wayú que soy, como hija de una mujer wayú que también fue casada en matrimonio tradicional”, explicó.
Para celebrar la unión, la nueva pareja danzó la yonna, una de las expresiones culturales más conocidas, utilizada para acontecimientos especiales.
El ritual cerró con el compartir, en el que primaron los platos típicos y las degustaciones de chirrinchi (licor artesanal).

La ceremonia incluyó un recorrido en burro.
Kelis Montero
Martha pertenece al Eirukü (Clan) Epieyú – Epinayú, mientras que Manuel es Arijuna (no wayú), nacido en la zona bananera del Magdalena.
Al final del día, unieron sus vidas nuevamente en una ceremonia civil realizada en el corregimiento de Monguí, respetando los usos y costumbres del novio.
La novia se vistió con una manta y pañoleta de color rojo bordadas en amarillo. El rojo es considerado por el pueblo wayú como símbolo de fuerza y de poder, además, es usado por las mujeres de esta etnia como protección.
Completaron el atuendo unas waireñas (calzado) con borlas gigantes, collares de tuma y el acheepa o maquillaje wayú, en forma de espiral, el cual es inspirado en la naturaleza.
Mientras que el novio lució un Shempala color amarillo, bordado en tonos rojo, verde y amarillo, con unas waireñas negras y un karatsu (tocado) en los mismos tonos.
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Así se prepararonDesde el mes de enero, cuando Martha presentó a Manuel en su familia, comenzó todo un ritual para la boda, que incluyó el uso de la medicina tradicional, charlas con tíos maternos, sabedores y el encierro.
Un Pütchipü’ü (palabrero) y una Oütsü (médico tradicional) fueron los encargados de preparar todo el ritual ancestral wayú, durante este tiempo. Cada uno lo hizo por separado.
Martha estuvo en diálogo con su mamá, tías maternas y mujeres sabedoras cercanas a la familia, con experiencia en el matrimonio y en lo que significa ser esposa con base en la cultura wayú, cuyo papel fundamental es equilibrar el hogar.
Siguiendo sus usos y costumbres, accedió al encierro cerca de tres días antes de la boda para preparar su cuerpo y su mente, porque quería que estuvieran fuertes y limpios, por lo que recurrió a los baños de la medicina tradicional y a una dieta especial.
Mientras que el novio fue preparado por los tíos y primos maternos de la novia, quienes le enseñaron su cultura en un espacio aparte.
Eliana Mejía Ospino
Especial para El Tiempo
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