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El pueblo en Cartagena donde siembran manglar para salvar una ciénaga

Gloria Esther Sánchez Anaya,  líder afro de Villa Gloria, presenta  orgullosa su vivero de mangle cultivado juiciosamente en el patio de su casa.

Gloria Esther Sánchez Anaya, líder afro de Villa Gloria, presenta orgullosa su vivero de mangle cultivado juiciosamente en el patio de su casa.

Foto:John Montaño- EL TIEMPO

En el corregimiento de La Boquilla, comunidades que invadieron el delta se reivindican con la vida

John Montaño
El manglar, esa especie en vía de extinción en los mares y que el llamado desarrollo y los invasores han arrasado, tiene una oportunidad de vida en el corregimiento de la Boquilla, en el norte de Cartagena.
Desde hace un año, las comunidades afro del sector Villa Gloria, en este pueblo de pescadores, montaron viveros en sus hogares para cultivar tres especies de manglar: mangle bobo, rojo y negro.
En esta zona de Cartagena, dónde la Ciénaga de la Virgen besa el mar Caribe, durante años el manglar ha sido arrasado.
Lo hizo el desarrollo cuando llegó con las obras del anillo vial que une a Barranquilla con Cartagena, pero también lo mató la pobreza de miles de familias afro que llegaron a las invasiones de Mar Linda y Villa Gloria y a punta de relleno con escombros construyeron un barrio donde antes estaba el delta con sus manglares.
Un sistema perfecto que permitía que durante las mareas altas la Ciénaga de la Virgen recibiera las aguas nuevas que llegaban del mar y así se renovaba la vida cada 6 meses.
Cuando los españoles llegaron a Cartagena ya había una muralla. Pero no era de roca, era la misma naturaleza inhóspita del mar Caribe: el manglar. Los fieros conquistadores se lanzaban buscando alcanzar la tierra pero ahí estaba el silencioso manglar que detenía la invasión. Miles de conquistadores quedaron atrapados entre el manglar y fueron devorados por los caimanes o terminaron ahogados”, recuerda el abogado ambientalista y ex secretario de medio ambiente de Cartagena, Rafael Vergara.
En el primer año del proyecto, las comunidades de este sector olvidado por las administraciones cultivaron 8 mil plantas de manglar.

En el primer año del proyecto, las comunidades de este sector olvidado por las administraciones cultivaron 8 mil plantas de manglar.

Foto:John Montaño- EL TIEMPO

Hoy, sobre lo que fue el delta descansan las dos invasiones.
Tal vez por ello son las mismas comunidades afro que hoy se reivindican con la vida marina y cultivan en los patios de sus hogares la planta de manglar que una vez se hace fuerte, ellos mismos trasplantan en la goleada Ciénaga de la Virgen.

El proyecto nace desde la misma comunidad de Villa Gloria

Este proyecto nace como una exigencia en las consultas previas de las comunidades afro de la Boquilla a la Concesión Costera que construyó el viaducto sobre la Ciénaga más amada por los cartageneros,.
“Gracias a una acción de tutela, los consejos comunitarios exigimos que se nos consultara sobre cuáles eran los riesgos del proyecto del viaducto sobre la Ciénaga de la Virgen y de inmediato advertimos el grave impacto ambiental sobre los ecosistemas de manglar”, dice Gloria Esther Sánchez Anaya, líder afro de Villa Gloria y férrea defensora de los derechos humanos y el territorio.
En el primer año del proyecto, las comunidades de este sector olvidado por las administraciones cultivaron 8 mil plantas de manglar.
Plantas que han ido a parar además a la Ciénaga de Juan Polo, dándole una esperanza a la recuperación de estos poderosos ecosistemas donde además de peces y aves, habitan mamíferos e insectos.
La Bióloga Diana Roa reconoce que este es un proyecto iniciativa de las mismas comunidades, también lo están desarrollando poblaciones como Puerto Rey, Bocacerrada, en el canal del Dique.

La Bióloga Diana Roa reconoce que este es un proyecto iniciativa de las mismas comunidades, también lo están desarrollando poblaciones como Puerto Rey, Bocacerrada, en el canal del Dique.

Foto:archivo particular

Primero fueron 45 personas de esta comunidad que se capacitaron con el SENA Emprende Rural, durante 30 días, en temas de jardinería y todo lo relacionado con la germinación del manglar.
El resultado, hoy ocho familias en Villa Gloria sacaron espacio es los patios y jardines de sus viviendas para transformarlos en viveros donde se cultiva la planta.
“Todo el tiempo hemos destruido el medio ambiente. Lo primero es ser conscientes de este daño causado por el hombre. Después entender que con este proyecto los primeros beneficiados somos la misma comunidad”, agrega doña Gloria.

Los cultivos son científicamente certificados

Además de cultivar el mangle de las especies ‘bobo’, ‘negro’ y ‘rojo’, la misma comunidad prepara el sustrato natural, nada de químicos, con el que protegen la planta de las plagas.
“Las semillas las trae el mismo mar con las mareas. Escogemos los ‘lapiceros’ (semillas largas) que ya tengan la puntica asomada, Cuando ya están sembrados en el vivero se demoran dos semanas para abrir las dos primeras hojas y en 70 días ya tenemos una planta de cuatro 4 hojas”, explica Gloria.
También preparan la casimba, es decir el hueco donde va a quedar sembrada definitivamente la planta, pese a que en la superficie la tierra puede estar cálida, en el fondo debe estar fría.

Todo el tiempo hemos destruido el medio ambiente. Lo primero es ser conscientes de este daño causado por el hombre

Este cultivo piloto está proyectado a tres años, durante los cuales se sembrará en las zonas más afectadas, luego esperan convertirse en empresa y vender la planta para repoblar otras áreas marítimas del Caribe.
“El objetivo de este proyecto es implementar buenas prácticas en la comunidad para que luego sigan solos. Ellos reciben el acompañamiento de Caribe compensa Caribe para dejar instaladas las capacidades en las comunidades”, explica la bióloga Daniela Roja Ulloa, que acompaña a la comunidad.
Para ella, el proyecto además ha empoderado a las mujeres del barrio acostumbradas a un entorno machista.
La Bióloga Roa reconoce que este es un proyecto iniciativa de las mismas comunidades, también lo están desarrollando poblaciones como Puerto Rey, Bocacerrada, en el canal del Dique.
John Montaño
Redactor de EL TIEMPO
Cartagena
John Montaño
icono el tiempo

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