En medio de una tensa calma se viene realizando el retorno de las 60 familias de la zona rural de Hacarí (Norte de Santander), que el pasado 18 de julio se vieron forzadas a abandonar sus viviendas por los fuertes combates que durante horas sostuvieron el Ejército y "un grupo armado" no identificado en esa zona, ubicada en la región del Catatumbo.
Su regreso se da luego del reporte de un organismo de la ONU publicado el domingo que denunció el desplazamiento de personas por dicho combate.
Una comisión de la Defensoría del Pueblo acompaña el regreso de cerca de 240 personas que salieron huyendo de las veredas Buena Suerte, La Laguna y Bélgica, tras quedar en medio del fuego cruzado.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) indicó: “Los combates se registraron en medio de las viviendas y la sede educativa de la comunidad, generándose violación a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario".
De acuerdo con Nelson Arévalo, defensor del Pueblo de Ocaña, si bien hubo cese de los enfrentamientos, las secuelas en la población quedan y la respuesta del Estado para brindar la atención es lenta.
“El daño psicológico queda, los daños en las viviendas también, y la respuesta institucional es demorada. Hay que pensar en lo que deja un desplazamiento, las comunidades pese a que retornan, quedan traumatizadas”, señaló el funcionario.
.@DefensoriaCol verifica situación humanitaria de Hacarí, municipio afectado por combates entre Ejército y grupos armados ilegales. pic.twitter.com/Mjw6N30CB0
— Defensoría delPueblo (@DefensoriaCol) 20 de julio de 2017
Según Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar, pese que se produjo la salida del frente 33 de las Farc del Catatumbo, en esa región el dominio es ejercido por las guerrillas del Eln y el reducto del Epl, conocido como los ‘Pelusos’, que hacen que esa zona siga siendo epicentro de combates con la Fuerza Pública.
En el Catatumbo la guerra no ha parado, ahí nada ha cambiado. Ese es el pan nuestro de cada día en esa región, ahí la gente tiene que sobrevivir y acostumbrarse a vivir en medio de la guerra
“Entonces ahí, la situación de enfrentamientos, combates y militarización del territorio es permanente. En el Catatumbo la guerra no ha parado, ahí nada ha cambiado. Ese es el pan nuestro de cada día en esa región, ahí la gente tiene que sobrevivir y acostumbrarse a vivir en medio de la guerra”, indicó el defensor de derechos humanos.
Wilfredo Cañizares añadió que se le ha insistido no solo a la Fuerza Pública, que tiene responsabilidad constitucional, sino también a las guerrillas, para que se cumpla con el Derecho Internacional Humanitario (DIH), respetando a la población civil.
“Por encima de cualquier estrategia, salvaguardar la vida de los habitantes de esta región es la consigna”, precisó el director de Progresar.
El daño psicológico queda, los daños en las viviendas también, y la respuesta institucional es demorada
El Consejo Noruego para Refugiados (NCR) apoyará la consolidación del censo de población desplazada y el 26 de julio adelantará una evaluación para identificar las necesidades de respuesta humanitaria.
La Defensoría del Pueblo indicó que aún no hay un reporte oficial sobre cuál era el grupo armado ilegal con el cual tropas del Ejército sostenían los combates.
BUCARAMANGA
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