Yesid, quien durante 15 años perteneció al frente Héroes y Mártires de Santa Rosa, en el sur de Bolívar, tomó la decisión de cambiar la guerra por la esperanza y de iniciar una nueva vida con su esposa e hija.
Este hombre, quIeN adoptó el alias de ‘Chupeta’, llegó a ser el segundo al mando y el líder político, después de ingresar a la organización con tan solo 11 años de edad bajo la motivación de trabajar por sus hermanos y ganar dinero.
“Desde pequeño trabajé, yo raspaba (hojas de coca), tiraba machete y cargaba agua en las fincas, hasta que llegó un señor del Eln llamado Albeiro que me invitó a entrar. Cuando llegamos al campamento me dio uniformes, equipos, una ametralladora pequeña y empecé los entrenamientos”, mencionó Yesid.
Este desmovilizado reconoce que lo más difícil de estar en la guerra es ver la muerte de cerca, durante su experiencia como guerrillero fue cinco veces herido en su cuerpo; cadera, brazos, piernas y cintura.
Para alias ‘Chupeta’ la decisión de desmovilizarse no fue fácil. Toda su niñez y juventud la vivió en el Eln y aún añora eso que por la crudeza de la guerra no pudo vivir: “A veces me pasa que cuando veo un carro o un muñeco, me pongo a jugar, luego mi esposa me ve y se ríe, es algo inconsciente”.
Cuando se desmovilizó junto con su compañero ‘Henry’ no tuvo problema de ser perseguido porque estaba al mando. Salió una noche lluviosa y cuando tuvo señal contactó a su esposa, ella empacó lo que pudo y junto con su hija se prepararon para el reencuentro.
“Mi mayor motivación es mi familia. Llevo catorce años con mi esposa, viéndola cada cuatro meses o más. Además, mi hija sufría porque al igual que su madre sabían que me estaban buscando y sentían mucho miedo”, dijo Yesid.
El sueño de este desmovilizado es estudiar contaduría pública, tener una vida tranquilla en la que pueda llegar a casa a ver a sus hijas, jugar con ellas y verlas crecer: “que los hijos no sufran más por los errores que cometemos”, agregó.
Su esposa Lenis asegura que lo más difícil de tenerlo lejos era la incertidumbre de no saber nada de él: “le dije mil veces que prefería verlo preso y no muerto”, por eso hoy su mayor deseo en esta Navidad se cumplió.
“Muchos me conocieron, me desmovilicé por mi familia, por darles un futuro mejor a mi esposa e hija. Yo me encargué de decirles muchas veces que este plan de desmovilización era mentira, pero hoy estoy viviendo otra realidad, les doy testimonio que pueden hacerlo con toda la seguridad de que acá los estamos esperando”, este es el mensaje que Yesid quiere darle a todos los compañeros del Eln que dejó atrás.
BUCARAMANGA
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