Una preocupante situación se está viviendo en la ciudad de Cúcuta por cuenta del aumento de casos de envenenamiento de perros y gatos.
La situación fue denunciada por el concejal animalista Víctor Caicedo, quien a través de sus redes sociales aseguró que, en solo una semana, recibieron más de 27 denuncias de animales de compañía que fueron envenenados en la ciudad.
“Nos conmueve cómo diferentes animales en la ciudad de Cúcuta y en su área metropolitana han venido cayendo producto de las personas que están permitiendo que, por medio de alimentos envenenados, terminen asesinando a estos animales de compañía”, afirmó el concejal.
Según Caicedo, se ha identificado que los casos se están concentrando en Cenabastos, la ciudadela de Juan Atalaya y el barrio aeropuerto.
Ante esta situación, el concejal pidió a las autoridades tomar acciones contundentes hacia la venta deliberada de sustancias que son utilizadas para el envenenamiento de animales en Cúcuta y que no cuentan con el respectivo permiso de las autoridades para su comercialización.
“El día de hoy pedimos acciones contundentes hacia la venta deliberada de estas sustancias que superan la dosis letal, que en su mayoría son informales y creadas en la ciudad y el vecino país. Empatía Cúcuta, el veneno está en el corazón de aquel que asesina un animal”, escribió el concejal.
Además, Caicedo emprendió la campaña ‘no me envenenes’, con la que adelanta actividades pedagógicas para frenar el envenenamiento masivo de perros y gatos. La campaña es apoyada por la Secretaría de Salud, la Secretaría de Gobierno y la Policía de Protección Ambiental y Ecológica.
“Hoy estamos desarrollando una campaña para fortalecer la sensibilidad y la empatía y para enseñarle a la ciudadanía lo que acarrea el maltratar un animal y asesinar un animal de compañía utilizando estas sustancias tóxicas”, agregó.
El concejal también entregó una serie de recomendaciones a la ciudadanía para actuar frente a un posible envenenamiento de sus animales de compañía y recomendó sacar a pasear las mascotas con una correa, denunciar actitudes sospechosas en las calles y tener a la mano el contacto de un médico veterinario ante cualquier caso de emergencia.