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Opaco panorama del sistema de acueducto de Villavicencio

Ha costado más de 80.000 millones de pesos mantenerlo en servicio y aún no es garantía de agua para la capital del Meta.

Ha costado más de 80.000 millones de pesos mantenerlo en servicio y aún no es garantía de agua para la capital del Meta.

Foto:Hernando Herrera

Aunque EAAV ha mitigado impacto de la emergencia, la realidad hoy es poco alentadora.

Redacción El Tiempo
La radiografía actual del sistema principal del acueducto de Villavicencio que hoy, según cifras oficiales, abastece a unas 400.000 personas, es más que preocupante.
El porqué de este panorama es simple: pese a que desde diciembre de 1997 –cuando fue puesto en servicio– hasta la fecha se han invertido más de 85.000 millones de pesos (vea infografía), la operación está sujeta a factores impredecibles y complejos de atender como el clima.
Según exfuncionarios expertos de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Villavicencio (EAAV), antes de que la actual administración habilitara maquinaria permanente para atender el sistema por crecientes, había que intervenir con obreros y a lomo de mula subir herramientas y piezas para reparar los daños, lo cual perfectamente podía costar entre 10 y 15 millones de pesos por evento.
“En un año el sistema puede tener problemas en las rejillas mínimo diez veces al año, es decir, la empresa debía destinar 150 millones de pesos o más solo para esta necesidad”, precisó un exdirectivo.
Es decir, que en las dos últimas administraciones las reparaciones que en ocasiones pasaron desapercibidas, pudieron haber costado unos 1.200 millones de pesos más (no incluidos en la infografía por no ser cifras oficiales) aparte de lo ya destinado.
Sin embargo, esto no es lo más grave.
La Empresa de Servicios Públicos del Meta (Edesa), la cual ha invertido más dinero en el acueducto, tiene varados hace varios meses dos contratos (el 001 de 2011 y el 112 de 2011), cuyas obras serán determinantes para mitigar, al menos en buena parte, la fuerza devastadora de la naturaleza, que hace más de dos semanas tiene la ciudad con suministro por horas y que en el 2008 la dejó con servicio con cuentagotas durante 54 días.
La dificultad para sacar adelante estas obras, hace ya cinco años, ha sido tan compleja como mantener estable el servicio a través de este sistema a tal punto que la Dirección de Planeación Nacional tuvo que venir el año pasado a constatar el avance de los trabajos, dada la demora. Incluso este año Edesa sancionó a uno de los contratistas.
A esto se suma, que aparte de tener que esperar a que se desenrede el pleito para sacar adelante los contratos, también dependerá de que no llueva fuerte para poder adelantar las obras, para las cuales se necesitaría dejar sin agua por varias horas la ciudad.
Y aunque este año la Alcaldía y la EAAV han intervenido y de alguna forma sorteado el problema con el sistema principal y las estaciones alternas que quedaron fuera de servicio por un derrumbe (y todavía no están al 100 por ciento de su capacidad), las soluciones para garantizar agua continua a la capital del Meta aún son pronóstico reservado.
El tratamiento del agua será otro de los retos, pues cuando llueve fuerte se hace casi imposible purificar el líquido y no queda sino cortar el servicio y esperar.

‘Se va a necesitar tiempo seco’

Según el ingeniero Mauricio de la Rosa, director interventor del Plan Departamental de Aguas de Edesa, un equipo de expertos de esta dependencia trabaja hace varias semanas en el desembotellamiento de los contratos 001 y 112 de 2011, los cuales reforzarán la estructura del acueducto, o al menos en sus puntos críticos.
“Frente al contrato 112 (Construcción para la utilización de la línea de aducción desde la bocatoma de quebrada La Honda hasta la planta de tratamiento), el estudio preliminar de evaluación de obra y obligaciones del contratista estará listo a finales de septiembre, luego de la liquidación del contrato, Edesa debe decidir quién asume las obras faltantes”, explicó.
Con respecto al contrato 001, dijo que “se espera hacer un alistamiento en octubre para que se tenga todo listo y reanudar los trabajos.
Sin embargo, de la Rosa explicó que en ambos casos “por seguridad de la estructura y del personal”, no se deben hacer obras en temporada de invierno, es decir, se tendrá que esperar a finales del 2016 y comienzos del 2017 para sacar adelante ambos proyectos.
También hizo un llamado a las autoridades gubernamentales ya que la vía de acceso a la bocatoma está afectada por el invierno en casi el 70 por ciento.

Los avances y planes a ejecutar

Para el alcalde Wílmar Barbosa, quien el pasado viernes realizó una inspección al avance de las obras de recuperación de la bocatoma en el sector de La Tarabita, hay que realizar varios proyectos a corto y mediano plazo.
“Aparte de las obras que se están haciendo como consecuencia de la emergencia hace dos semanas, también se están planeando obras de mitigación posteriores, por ejemplo, hay que reforzar unos dados de concreto que ya están fracturados al igual que algunas estructuras que ya tienen corrosión”, explicó.
Frente a cuánto podría costar el mantenimiento del sistema, el ejecutivo fue claro en afirmar que “no es cuantificable aún” porque se debe esperar el resultado de estudios para luego comenzar la gestión de los recursos, bien sea a través del Gobierno nacional o departamental.
Jacobo Matus, gerente de la EAAV, afirmó que por ahora la única salida es reemplazar la tubería dañada, porque hacer cualquier intervención obligaría a cambiar el trazado de la línea, lo cual implicaría un complejo trabajo de ingeniería.
Dentro de los planes de la EAAV está construir tanques de almacenamiento para garantizar una provisión de agua en caso que de la línea vuelva a fallar.

Obra para atender futuras emergencias

Desde la semana pasada comenzó la funcionar una nueva conexión que comenzó a proveer, gracias a la estación alterna de Fuentes Altas más de 100 litros por segundo al occidente de la ciudad, especialmente a los barrios que se abastecen de la línea Esperanza.
Esta obra hace parte del plan de obras inmediatas que comenzó la EAAV para hacer frente a la falta de agua en la ciudad, en razón a que el sistema principal está fuera de servicio y por diversas razones las fuentes alternas no están al tope de su capacidad de bombeo diario.
Por ahora, y hasta que los trabajos producto de la emergencia terminen, la EAAV continuará la entrega del líquido a través de tunos, en promedio de 36 a 48 horas por línea de conducción y que está divulgando a diario en las cuentas de Twitter @eaavesp y@fjmatus.
Frente a la necesidad de intervenir el área de protección natural de la fuente principal de Quebradahonda, el alcalde Wílmar Barbosa anunció una inversión de 1.300 millones de pesos para compra de terrenos –aún no especificados– y posterior recuperación de la biodiversidad del entorno, golpeada por labores agrícolas.
Sin embargo, el Gobierno local también comenzará una tarea con los campesinos del área de influencia para que se abstengan de realizar cultivos y cría de animales. Es prohibido por estar en zona de reserva.

Opciones para tener en cuenta

Para el exalcalde Juan de Dios Bermúdez, quien sacó adelante la construcción del acueducto actual, es imperativo pensar en una nueva fuente de captación para Villavicencio.
El exdirigente manifestó que una de las opciones sería aprovechar las aguas del río Negro, es decir que el líquido no vendría del norte sino del occidente de la ciudad.
Por ahora, la única opción contemplada es una fuente alterna que sería alimentada por el río Sardinata, iniciativa que aún está en estudio y abastecería solo el sur de Villavicencio.
Para un experto en acueducto, que pidió mantener su nombre bajo reserva, es urgente intervenir porque en emergencia el agua se debe regalar y eso va en detrimento de las finanzas de la EAAV.
LLANO SIE7EDÍAS
Redacción El Tiempo
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