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A los abuelos de El Porvenir les enseñaron a votar, pero no a escribir

El Porvenir es un caserío ubicado a cinco kilómetros del casco urbano de Tuchín. Allí fabrican el tradicional sombrero vueltiao

El Porvenir es un caserío ubicado a cinco kilómetros del casco urbano de Tuchín. Allí fabrican el tradicional sombrero vueltiao

Foto:Gudilfredo Avendaño Méndez

Este poblado donde tejen el sombrero vueltiao registra alarmantes cifras de analfabetismo. 

El Porvenir, con 6.201 pobladores, es un caserío ubicado a tan solo cinco kilómetros del casco urbano de Tuchín, municipio de la sabana cordobesa. Sus habitantes son de raza pura zenú, expertos en el trenzado de la caña flecha y la elaboración del sombrero fino vueltiao, símbolo cultural de Colombia.
Allí, la mayoría de abuelos y padres de las nuevas generaciones son analfabetas.
Sus casas son pequeñas aldeas con techo de palma, paredes construidas con bahareque y el piso de tierra, incluso dentro de las habitaciones. De los servicios públicos solo existe la energía eléctrica, la cual es deficiente por los continuos racionamientos. El agua no es potable y los alimentos son cocidos en leña ante la ausencia del gas natural.
Los que leen y escriben son los niños y algunos jóvenes que acuden al colegio. Se estima que apenas el cinco por ciento de los adultos tienen pocos conocimientos de lectura y ortografía.
“Cuando yo era niño, nuestros padres nunca se ocuparon de enviarnos al colegio. La educación era para los blancos”, dice Carlos Benítez Suárez, quien recuerda no haber asistido nunca a un salón de clases. Tiene 65 años de edad, mira la tele, hojea revistas y periódicos, pero no sabe a ciencia cierta qué dice cada escrito.
Así como él, su esposa y dos hijos mayores son analfabetas, como siguiendo una tradición que solo exigía a hijos y nietos aprender el arte de trabajar la caña flecha.
“En la casa no había plata y todos teníamos que trabajar en el campo, cultivando, y en la casa, aprendiendo a hacer los sombreros, eso era los más importante”, recalca.
En el mismo sentido opina Anastasio Manuel Clemente Pérez, un curtido artesano de 73 años que debe acudir a sus nietos para entender algunos escritos.
“Esos papeles no hablan conmigo porque no entiendo lo que dicen; por eso, para mí el mundo es mudo”, manifiesta.
El Porvenir es un caserío ubicado a cinco kilómetros del casco urbano de Tuchín. Allí fabrican el tradicional sombrero vueltiao

El Porvenir es un caserío ubicado a cinco kilómetros del casco urbano de Tuchín. Allí fabrican el tradicional sombrero vueltiao

Foto:Gudilfredo Avendaño Méndez

En medio de sus lamentaciones reconoce que lo único que les han enseñado los políticos en época de elecciones es la forma cómo deben marcar los tarjetones al pie de las urnas.
“Yo aprendí a votar con los tarjetones porque los mismos políticos nos enseñan con prácticas, pero no porque sepa leer lo que dice en el papel”, agrega.
Su esposa es Noris del Carmen Flórez Alean y ella, al igual que Anastasio, nunca asistió al colegio y considera que a sus 58 años ya es tarde para aprender. La poca agilidad mental la tiene al contar el dinero que recoge luego de una semana de trabajo en la elaboración de un sombrero fino vueltiao.
“Sé contar hasta 20.000 pesos, porque eso es lo máximo que me he ganado por vender un sombrero”, concluye.
Para los líderes indígenas de la zona, como Marcial Montalvo, el problema de vieja data no ha sido solucionado. “El Sena ofrece con frecuencia programas de alfabetización, pero no duran más de dos meses; además, la gente asiste dos o tres días, incluso una semana, y después no vuelve”, explicó.
Según Montalvo, la excusa para abandonar las clases es que los padres y abuelos deben dar prioridad al trabajo para poder sostener a sus familias. “Es necesario que lleven la educación a las casas”, concluyó.
El Porvenir es un caserío ubicado a cinco kilómetros del casco urbano de Tuchín. Allí fabrican el tradicional sombrero vueltiao

El Porvenir es un caserío ubicado a cinco kilómetros del casco urbano de Tuchín. Allí fabrican el tradicional sombrero vueltiao

Foto:Gudilfredo Avendaño Méndez

El gobernador de Córdoba, Orlando Benítez Mora, dijo que el problema es heredado de gobiernos pasados que nunca prestaron atención.
“En esa zona, el departamento registra los índices más altos de iletrados, estamos por encima del 25 por ciento. Por ejemplo, Tuchín tiene el 27 por ciento, algo supremamente alarmante”, aseguró.
El mandatario anunció un plan cuyo objetivo es eliminar el analfabetismo en ese
territorio durante los próximos 10 años.
Gudilfredo Avendaño Méndez
Para EL TIEMPO

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