Desde el pasado lunes, habitantes del casco urbano del municipio de Tibú, en Norte de Santander, no cuentan con el suministro de agua potable luego de que la empresa prestadora de ese servicio tuviera que suspender, de forma preventiva, la captación de líquido del río Tibú que surte a esa población, ante la aparente presencia de petróleo en esa corriente.
El alcalde de ese municipio, ubicado en la región del Catatumbo, Jesús Alberto Escalante, indicó que los ataques al oleoducto Caño Limón Coveñas, como el ocurrido el pasado 4 de septiembre, junto al robo de crudo constante a esa tubería a través de válvulas ilícitas, han provocado derrames cuyos residuos quedan atrapados en la capa vegetal y con las recientes lluvias habrían caído a esa afluente.
“Ecopetrol dice que han controlado muy bien el derrame que se produjo tras el último atentado, pero no se ha podido entrar a revisar por el 'paro armado'. Pero aparte de eso, están las técnicas que usan para robarse el crudo del oleoducto que dejan muchos residuos en el ambiente, que cuando llueve van a las quebradas y llegan al río Tibú, donde está la bocatoma del acueducto municipal”, dijo el mandatario.
De acuerdo con lo expuesto por el Alcalde, ante la amenaza del 'paro armado' decretado por la guerrilla del Eln, no se ha podido entrar al sector para revisar lo que está ocurriendo.
“Esto hace imposible la captación de agua para el consumo humano”, dijo el mandatario, quien precisó que 16.000 habitantes del casco urbano se encuentran afectados.
Como parte del plan de contingencia para surtir de agua potable a la población, un carrotanque el Ejército Nacional distribuirá el líquido en diferentes sectores de esa población.
Mientras tanto, se está a la espera del visto bueno del Instituto Departamental de Salud para poder iniciar nuevamente la captación del líquido y de esa manera reestablecer el servicio.
CÚCUTA
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