Los líos en que están envueltas dos construcciones en Pereira, Containers Food Place, ubicada en el sector de Pinares, y un edificio que están levantando cerca del aeropuerto Matecaña, reflejan que en esta ciudad hay una problemática con las normas: o no las cumplen o cada uno las interpreta a su manera.
De la primera obra se ha hablado mucho en las últimas semanas y el tema está muy caliente. Su constructor, José Méndez, le dijo a este medio que emprenderá acciones judiciales en contra la administración municipal, que a través de la Secretaría de Planeación, suspendió el jueves pasado la licencia de construcción que le otorgó la Curaduría Urbana No. 2.
En cuanto al otro caso, EL TIEMPO dialogó telefónicamente con Héctor Fabio Feijó, quien aseguró ser “asesor” del propietario del proyecto. Este dijo que están a la espera de que, también, la Curaduría Urbana No. 2 les otorgue la licencia de construcción para reanudar las obras del edificio, donde quieren hacer un hostal.
“¡Es la ciudad del todo vale, esperamos que el curador no le dé la licencia a este edificio como se la dio a Containers Food Place, que empezaron a construir sin licencia, terminaron de construir sin licencia y después de abrir les dieron la licencia para un piso y tienen varios!”, exclamó la concejal de Pereira Carolina Giraldo, quien señaló que en la ciudad no hay respeto por las normas porque quitan los sellos (de suspensión de las obras) y siguen construyendo.
Y en otros casos –agregó la concejal– las personas no ponen las vallas de licencia en trámite, las cuales tienen un borde amarillo, lo cual impide que los vecinos de la obra o a cualquier persona, que tenga observaciones con relación a esa licencia, se puedan pronunciar ante las autoridades.
Para la directora operativa de Control Físico de la Alcaldía de Pereira, Carolina del Pilar González, existe “un problema con la cultura de la legalidad. Algunos lo hacen por desconocimiento, otros saben que se debe sacar la licencia para construir, pero hacen caso omiso, seguramente por los costos. Pero el deber ser es expedir el acto administrativo (las licencias) que otorgan los curadores urbanos y después de estar ejecutoriada iniciar el proceso constructivo”.
En el caso del edificio, la funcionaria contó que el 29 de noviembre de 2016 se levantó un acta de suspensión y sellamiento de la obra, por infracción urbanística, y se remitió una copia a la Fiscalía para que tome las acciones respectivas “porque las personas deben entender que las autoridades se deben respetar y que, cuando se suspende una obra, la orden es clara: suspender”.
El delito que presuntamente cometió el constructor del edificio es el de “fraude a resolución procesal” porque, según la directora operativa de Control Físico, las obras se suspendieron más de nueve veces y en la última fue necesaria la presencia de la Policía, que se iba a capturar al responsable de la obra.
“Toda obra que se vaya a desarrollar en el municipio, antes de iniciar su ejecución, debe tener la licencia de construcción debidamente ejecutoriada y legalizada”, explicó González.
Deben entender que las autoridades se deben respetar y que, cuando se suspende una obra, la orden es clara: suspender
Con relación a que continuaron las obras en ocho ocasiones, a pesar de que se las suspendían, el asesor del propietario del edificio aseveró que “no rompimos los sellos. Lo que pasó es que le bajamos el ritmo a la obra (es decir, continuaron con esta) y paramos cuando intervino la Policía”.
José Méndez, el constructor de Containers Food Place, le da la razón a la directora operativa de Control Físico en cuanto a que algunos inician las construcciones y después tramitan las licencias. “Yo voy a sacar las licencias de todo”, afirmó señalando las estructuras que hay encima de algunos de los contenedores.
Por su parte, el curador urbano No.2, Luis Fernando Montes, aseveró que es muy estricto en el otorgamiento de las licencias, pero que ya le corresponde a Control Físico hacer las revisiones de las construcciones que hay en la ciudad.

Containers Food Place abrió hace más de un mes. No cuenta con parqueaderos suficientes.
Alexis Múnera
Aunque Containers Food Place y el edificio cercano al aeropuerto Matecaña están envueltos en un lío similar, hay una gran diferencia entre los dos: los 16 negocios que hay en los contenedores están en pleno funcionamiento.
Daniel Suárez, propietario de uno de los negocios, afirmó que espera que el constructor (José Méndez) pueda solucionar los problemas que tiene con la administración municipal y no se eche por la borda el esfuerzo de las familias que están detrás de cada negocio.
“Este es un sitio familiar. Usted puede venir con la abuela, con el niño, con la mascota. Somos personas con ganas de sacar adelante unos negocios muy buenos”, afirmó Suárez.
La plaza de comidas abrió el 9 de junio pasado y, según Suárez, les ha ido muy bien, aunque desde antes de la apertura “nos quisieron hacer la mala fama de que esto iba a ser una discoteca, que iba a ser lleno de bares, de borrachos”.
El comerciante remarcó que está preocupado porque si se ordena el cierre del lugar se perderían 76 empleos directos.
Sobre las quejas de que en los negocios se produce mucho ruido, Suárez dijo que “es falso” y que estos cierran a las 11 p.m. de lunes a jueves y viernes y sábado a las 12 p.m., incluido un bar.
PEREIRA
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