Además de la transformación social que tendría la puesta en marcha de la mina de oro a cielo abierto más grande del país, como sería La Colosa, la discusión ambiental por los grandes impactos de esta obra no ha cesado en los últimos 10 años, desde que se conoció el proyecto minero y comenzaron las actividades de exploración para el mismo.
Decenas de comunicados de comités ambientales, varios estudios y otras investigaciones técnicas a manos de reconocidos geólogos han advertido las consecuencias para los suelos, los ríos y el aire que tendría la explotación minera.
“El municipio de Cajamarca no merece ser un gran botadero de residuos tóxicos, producto de la minería de metales”, dice Julio Fierro, geólogo e investigador del Grupo Terrae, que a comienzos del 2016 presentó un análisis en el que advierte que el drenaje ácido de una mina favorece la solubilización y movilización de elementos tóxicos, como arsénico, mercurio, cadmio, plomo y bario.
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Además, un informe del London Mining Network del 2014 llamó la atención porque era altamente probable que “estos escombros contengan sulfuros, que emitirían aguas ácidas, que a su vez disolverían metales pesados tóxicos”.
A eso se le suma el hecho de que para extraer el oro de las rocas se “generarán entre 2.000 y 5.000 millones de toneladas de desechos de roca y se usarán entre 200 y 500 millones de toneladas de explosivos que contaminarán el aire”, apunto ese trabajo.
“No podemos olvidar que el río Coello provee el agua para el 6 por ciento del Tolima, unas 800.000 personas”, anota Renzo García, biólogo y miembro del comité que promueve el No en la consulta popular.
Y en el último año se sumó al debate ambiental el hecho de que la presa de relave –lugares donde se disponen los residuos de las faenas mineras– sería considerablemente más grande de lo que hoy existe en el país.
“Lo más grave es tener una presa de estas en plena pendiente de la cuenca alta del río Coello, en una zona que tiene antecedentes de sismicidad, cerca de las fallas geológicas de Ibagué y la Palestina, que están activas”, destaca.
La empresa Anglogold Ashanti ha sostenido que cuenta con los requerimientos técnicos para adelantar un proyecto de estas dimensiones y que los detalles de los estudios ambientales solo se conocerán cuando comience formalmente el proceso de solicitud de estudio de impacto ambiental para la obtención de la licencia, trámite que se deberá adelantar ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla).
EL TIEMPO