Heriberto Velasco tenía 47 años cuando la enfermedad de Párkinson empezó a afectar su estado de salud. Los temblores se apoderaron de su cuerpo al punto de llevarlo a quedar rígido en algunas ocasiones sin que algún medicamento lo recuperara.
Su calidad de vida empeoró progresivamente y la de su familia también, porque ante los ataques no podía valerse por sí mismo y sus allegados tenían que estar pendientes de él casi las 24 horas del día.
Darlyn Judith Velasco Traslaviña, hija de Heriberto, relató que un día de pronto “íbamos caminando y si no nos dábamos cuenta lo encontrábamos quieto. Se sentaba o se acostaba y no se podía levantar y con el medicamento recibía una mejora pero muy mínima”.
Tanto Heriberto como su familia entraron en una situación en la que no sabían que hacer, hasta que en el 2014 en la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV) le hablaron sobre la terapia de Estimulación Cerebral Profunda (DBS, por su sigla en inglés).
El procedimiento consistía en implantarle unos electrodos en el cerebro para modificar el funcionamiento del sistema nervioso a través de estí- mulos eléctricos. Esto reduciría los temblores y mejoraría su calidad de vida. Este procedimiento se ha hecho en Colombia desde el año 2000 con unos 1.000 pacientes de los cuales, en cuatro años, se han operado 23 en la FCV.
El neurólogo especialista en movimientos anormales, Mauricio Rueda Acevedo, explicó que los estímulos eléctricos modulan el funcionamiento del cerebro y “eso conlleva a que las estructuras neuronales que funcionan de manera descoordinada se sincronicen y así se controlan los síntomas. Son muy efectivos y aunque es de alto costo no se compara con otro tratamientos. Ha demostrado ser costo-efectiva, es decir, con la mejoría que da se reducen los gastos en medicamentos, exá- menes y terapias”, dijo el especialista.
Es una cirugía mínimamente invasiva. Se hacen dos pequeñas incisiones en el cráneo del tamaño de una moneda y por allí se practica
Los medicamentos que tomaba Heriberto para controlar la enfermedad no le hacían efecto, y cuando surtió todo el proceso de exámenes médicos, físicos, psiquiátricos y psicoló- gicos para la cirugía, aceptó el procedimiento.
“Es una cirugía mínimamente invasiva. Se hacen dos pequeñas incisiones en el cráneo del tamaño de una moneda y por allí se practica. Un software nos indica el sitio en el que se deben implantar los electrodos”, explicó el médico Rueda Acevedo.
Darlyn Judith y su familia esperaban que los resultados fueran inmediatos, pero entendieron que la mejoría era progresiva y hoy, después de tres años, “mi papá ha mejorado mucho, hace sus cosas solo y el sueño le ha mejorado mucho. La calidad de vida para él y nosotros es otra”, relató Darlyn Judith.
La evolución de Heriberto y los otros 22 pacientes de la DBS no sería efectiva sin los controles.
El neurólogo clínico, Jorge Armando Castellanos Prada, quien hace parte del equipo médico que practica la cirugía en la FCV, indicó que la importancia de la cirugía radica en el seguimiento que se le hace al paciente para mirar su evolución, reprogramar el dispositivo, verificar el funcionamiento, la batería “y él (Heriberto) fue uno de los primeros pacientes y todavía sigue en control.
Al principio eran cada 15 días, luego cada tres meses y luego cada seis. Llevábamos un año sin vernos por dificultades con la EPS”, señaló el mé- dico Castellanos Prada.
Aunque la cirugía es de alto costo, la principal dificultad que tienen los pacientes para que se la hagan es el desgaste administrativo que generan las EPS para demorar el procedimiento. Ello trae consigo más complicaciones a la salud, gastos en medicamentos y exámenes, y a veces termina con la no realización de la cirugía, porque se deben cumplir con ciertos parámetros que quizá cuando la EPS dé el sí ya la persona no los apruebe y no sea apta para ello.
El dispositivo DBS es una especie de marcapaso que se puede implantar debajo de la clavícula o en el abdomen. Desde allí sale un cable que recorre el cuello hasta llegar al cerebro donde se conecta con los electrodos que generan los estímulos eléctricos.
Para programarlo se acerca el programador al pecho donde está el marcapaso y ese contacto permite ver el funcionamiento del dispositivo en una pantalla. La terapia DBS también funciona en pacientes con Párkinson, temblor esencial (lo único efectivo es esta cirugía), y en los casos de distonía, que son movimientos involuntarios.
LUIS A. CÁRDENAS
Redactor ADN Bucaramanga
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