En medio del estupor y la sorpresa los habitantes de Quinchía (Risaralda) iniciarán la búsqueda de dinero para reconstruir el templo de San Andrés, convertido en ruinas casi en su totalidad a la media noche del viernes por un voraz incendio.
La causa más probable de la conflagración, que no pudo ser sofocada por los bomberos de la población minera y cafetera, y los de localidades cercanas, fue un cortocircuito en un local comercial ubicado en la parte baja de la edificación.
La iglesia fue construida en 1855 en la plaza principal de la localidad, durante la etapa de la Colonización Antioqueña. Para levantarla se usaron madera y tapia. Debido al agotamiento de la fachada frontal, a comienzos de la década de 1990 se cambió por una de concreto amarrado y mampostería de ladrillo, que imitó el diseño original. Esa fachada y las paredes laterales son lo único que quedó en pie.
Cabizbajos, con la mirada perdida en el horizonte, cruzados de brazos y con lágrimas se podía ver a los quinchieños que asistieron a la misa que una horas después del siniestro presidió el obispo de Pereira, Rigoberto Corredor Montoya.
El oficio litúrgico se realizó en un altar improvisado en la plaza principal, bajo carpas blancas que trajo la administración departamental desde Pereira para atenuar la intensidad de los rayos del sol. En la conmovedora misa se utilizaron las pocas bancas que valientes feligreses lograron sacar de la iglesia.
Las llamas redujeron a cenizas valiosas imágenes religiosas, un vitral y una cúpula cuya reciente restauración costó 160 millones de pesos. Solo se pudieron rescatar unas bancas, que la comunidad ayudó a sacar.
El alcalde, Jorge Alberto Uribe, solicitó la solidaridad para “recuperar la iglesia que es patrimonio histórico, cultural y religioso del municipio”.
El gobernador del departamento, Sigifredo Salazar Osorio, afirmó que “perdimos la iglesia pero la buena noticia es que nos han informado que la parte del frente quedó intacta y que las paredes laterales tampoco se perdieron. Ello significa que su reconstrucción no será tan costosa como inicialmente pensábamos y que se podrá recuperar su techo y su cúpula trasera con un buen diseño”.
Sin embargo, monseñor Corredor aseveró que “todavía es muy temprano para cuantificar las pérdidas, pero si la restauración de la cúpula, toda en madera, nos costó 160 millones de pesos, pues podemos ir imaginando el resto de la estructura, las imágenes valiosas, los reforzamientos”.
El jerarca de la iglesia católica anunció que “vamos a fijar un domingo determinado, que será el día de Quinchía y estamos seguros que la gente nos ayudará en una colecta”.
El sacerdote Carlos Antonio Cadavid Sánchez, párroco de la iglesia de San Andrés desde hace tres años, comentó apesadumbrado que “se han hecho cenizas 150 años de historia y de trabajo de un pueblo, se han perdido imágenes valiosas por su antigüedad y por su calidad, talladas en madera”.
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