Son las 11 de la mañana, el estilista Pedro Vivas Fontalvo levanta el peine y desliza la tijera entre sus dedos para transformar el look de los jóvenes que habitan la Urbanización Nando Marín de Valledupar, un sector que poco a poco ha dejado de ser la guarida de delincuentes y plataforma de consumidores de drogas para dar paso al talento creativo y emprendedor de las 1.200 familias.
Él es uno de los adolescentes que dejó atrás el consumo de sustancias psicoactivas para emprender un nuevo proyecto de vida y de alternativas laborales, a través del programa de participación ciudadana jóvenes ‘¡A lo bien¡’ que viene liderando la Policía Nacional con el respaldo del Sena y otras entidades públicas y privadas, donde se aborda la problemática de los jóvenes y núcleo familiar que presentan algún comportamiento delictivo y en condición de riesgo.
“Lamentablemente, es una zona muy compleja debido a la venta y consumo de alucinógenos por parte de algunos habitantes. Venimos trabajando con mucho interés para superar este flagelo ya que además en la zona hay muchos hogares disfuncionales y violencia intrafamiliar donde en algunos casos los padres y los hijos consumen drogas. Pero gracias al programa de participación ciudadana se ha logrado rescatar muchos jóvenes mediante la convivencia social”, afirma satisfecho el intendente José Rosario Rojas Pinto, quien lleva 22 años trabajando en la institución y desde hace cinco años le imprime el alma a los proyectos de gestión y participación ciudadana.
La incidencia del consumo de drogas en el sector es alta y para el desarrollo de esta estrategia se han activado varias rutas con las clínicas de rehabilitación de Valledupar en las que son internados durante tres meses los pacientes, siempre y cuando estén afiliados a una EPS.
“Los chicos acceden de manera voluntaria, por fortuna son muchos los que se han rehabilitado y hoy en día vienen formándose en nuevos ambientes de aprendizaje en el que se han beneficiado muchas comunidades vulnerables”, dice el agente.
El acercamiento y la sensibilización con los habitantes de Nando Marín ha sido exitoso, tanto que muchos ven al suboficial como un superhéroe. “Los niños suelen llamarme ‘Papá Jose’, y con ellos también adelantamos un trabajo especial a quienes les hemos construido un parque con material reciclable y los direccionamos a través de películas educativas combinadas con otras actividades lúdicas recreativas”, agrega.
El programa les ha dado la oportunidad de emplear a jóvenes y de generar ingreso a otros miembros de su familia, a través de ciclos formativos con el Sena, en peluquería, marroquinería, repostería y artesanías.
Ludys Ovalle Jácome
Especial para EL TIEMPO
Valledupar