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El dolor de la vereda El Hijoa por la muerte de Angie Lorena

La comunidad acompañó el entierro de la menor y realizó una marcha para pedir que haya justicia.

La comunidad acompañó el entierro de la menor y realizó una marcha para pedir que haya justicia.

Foto:Cortesía: Gobernación del Meta

no es hora de callar

No es hora de callar

Pastor Gómez Vaca fue enviado a la cárcel de Villavicencio. Fiscalía, tras la pista de otra persona.

En la vereda El Hijoa, en zona rural de Barranca de Upía, un municipio ubicado en el extremo nororiental del Meta, a 107 kilómetros de Villavicencio, señalan como una pesadilla lo ocurrido con la pequeña Angie Lorena Nieto, la menor de 12 años víctima de abuso sexual y asesinada durante la noche del 31 de diciembre del 2018.
La música decembrina amenizaba la celebración en la vereda, mientras unas 300 personas bailaban y conversaban en la caseta comunal de la zona.
Sobre las 10 de la noche, Víctor Nieto se percató de que su hija Angie Lorena no se encontraba en la fiesta. En cuestión de segundos recordó que horas antes la pequeña le había manifestado que iba a estar en la casa de su amiga, también de 12 años, a unos 800 metros del lugar, porque la había invitado a comer y también a que conociera la ropa que le habían regalado en Navidad.
La casa en la que se encontraba Angie Lorena era la de Pastor Gómez Vaca, un hombre de 34 años residente de la zona y que trabajaba en una empresa petrolera en labores de mantenimiento y aseo.
En esa vivienda, Gómez Vaca vivía con sus dos hijos menores y dos hermanos, un hombre y una mujer.
Más tarde, sobre las 10:30 de la noche, el padre de la menor quiso ir hasta la casa para que su hija estuviera con él antes de la medianoche y poder abrazarla en la celebración de un nuevo año. Fue hasta la vivienda donde Angie Lorena seguro estaría jugando con su amiga, pero ni ella ni Pastor Gómez se encontraban en el lugar.

La pesadilla

Lo primero que la pequeña amiga de Angie Lorena le contó a Víctor Nieto es que la menor había salido junto a Pastor Gómez en su moto para que lo ayudara a traer unas hallacas en el área urbana de Barranca de Upía.
La angustia se apoderó de Víctor Nieto. No quiso esperar, no tuvo tiempo de pensar en otra cosa que no fuera dar aviso a las autoridades para que le ayudaran a encontrar a su pequeña hija.
La autoridad más cercana fue el Ejército, quienes de inmediato se pusieron en la búsqueda de la niña y dieron aviso a la Policía que activó un plan candado para poder cerrar las salidas del municipio y encontrar a la menor.
Pasadas las 2 de la mañana, una pareja informó que vieron la motocicleta de Gómez Vaca a unos siete kilómetros de la vereda El Hijoa.
Con aquella información, la comunidad, que desde las 11 de la noche había detenido la celebración para acompañar a Víctor Nieto en la búsqueda de su hija, se dirigió al lugar que indicaba la dirección entregada por esa pareja.
Media hora después, la motocicleta fue hallada. Se encontraba abandonada. A 500 metros, sobre una lona, cubierto por una cobija, fue hallado el cuerpo de Angie Lorena. La menor se encontraba amarrada de los pies y las manos. El comandante de la Policía de Barranca de Upía de inmediato acordonó la zona e informó a la Fiscalía para que se practicaran los actos de levantamiento.
De acuerdo con uno de los investigadores, la niña presentaba signos de violencia en su cabeza y en su cuello.
La comunidad, enardecida, se dirigió de inmediato a la casa de Gómez Vaca para hacer justicia por sus propias manos, por lo que el comandante de la Policía tuvo que movilizarse al mismo lugar para evitar el linchamiento.
Al llegar a la casa, Gómez Vaca salió y la Policía logró convencerlo de entregarse para que fuera puesto bajo custodia y evitar que sus vecinos lo atacaran. En ese momento, el acusado accedió a hacerlo, sin embargo, dijo que solo saldría de su casa si sus hijos, de 12 y 7 años, eran protegidos también, ya que no quería que la comunidad tomara represalias contra ellos.
Mientras Gómez Vaca era conducido a la estación de Policía de Puerto López, también en el Meta, quince investigadores del CTI, la Sijín y la Policía de Menores, bajo la coordinación del director de la Fiscalía Seccional de Villavicencio, Fernando Aya, iniciaron las labores del levantamiento del cuerpo de la niña y de recolección de pruebas en los sitios donde fueron encontrados la moto y el cadáver de la menor.
Durante el amanecer del 1.° de enero, Gómez Vaca se comprometió a contar la verdad ante las autoridades y hacia las 7:30 de la noche se sometió a un interrogatorio ante la Fiscalía 33 local de Puerto López y delegados de la Defensoría Pública y de la Policía Judicial.
Allí confesó haber cometido el abuso contra Angie Lorena y después haberla asesinado. También contó que había regresado a la casa corriendo por entre las fincas del lugar donde había dejado el cuerpo de la menor para no pasar cerca del lugar donde se celebraba la llegada del 2019.
En ese momento, la Policía expidió una orden dirigida a la Fiscalía y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para que le brindaran protección a los dos hijos de Gómez Vaca.

El misterio

Las personas que conocen a Pastor Gómez Vaca señalan que este hombre, que durante toda su vida se ha dedicado a oficios varios, no parecía una persona capaz de cometer este tipo de atrocidades contra una menor. Está separado, es retraído, parece un hombre muy solo y no tiene antecedentes judiciales, según lo describió uno de los investigadores encargados del caso.
La niña asesinada es ahijada del alcalde de Barranca de Upía, Fredy Enrique Castro Gómez, quien lamentó y rechazó la aberrante muerte.
El secretario de Gobierno del Meta, Gerardo León Mancera, expresó que la administración departamental repudia estos hechos en los que nuevamente se encuentra involucrada una menor de edad.
De igual forma, el presidente Iván Duque rechazó con un mensaje en su cuenta de Twitter el crimen de la menor y pidió a las autoridades judiciales “imponer la máxima condena posible al responsable”. Además hizo un llamado a la ciudadanía a unirse “entorno al cuidado de nuestros niños y niñas, y denunciar cualquier maltrato”.
Víctor Nieto aseguró que a Pastor lo conoce desde hace muchos años, pues lo vio crecer junto a sus hijos mayores y sus hijas eran muy amigas, tanto, cuenta Víctor, que en una ocasión, cuando le preguntaron la edad de su hija, él respondió: “la misma de Angie Lorena”.
A los investigadores les llama la atención que en todo momento pide protección por sus hijos, pero especialmente por la niña.
Luego de la denuncia del padre de Angie Lorena, en la cual menciona que más personas participaron en el asesinato de su hija, los investigadores están tras la pista.
El dictamen preliminar de Medicina Legal estableció que la niña murió por causa de un trauma craneoencefálico occipital y que hubo acceso carnal.
Se espera el examen definitivo con las pruebas de sangre y de fluidos tomadas de la ropa de la niña, de la motocicleta y en la casa de Gómez Vaca, a quien el pasado jueves 3 de enero la Jueza Sexta con Función de Control de Garantías de Villavicencio le dictó medida de aseguramiento.
Pastor Gómez Vaca deberá responder por el delito de feminicidio agravado. De acuerdo con lo dicho en la audiencia, el delito se le imputa por ser cometido contra una menor de 18 años de edad, haberla accedido carnalmente y luego asesinarla.
Un juez de conocimiento ahora debe convocar y hacer la audiencia de verificación de garantías del allanamiento en la casa de Gómez Vega y una vez concluya ese control se hace la audiencia de individualización de la pena y dictarán sentencia.

Otros casos indignantes

En los últimos cinco meses han ocurrido, además del crimen contra Angie Lorena Nieto, otros dos casos de violencia contra menores de edad que estremecieron al país por la crueldad de sus ataques.
El primero fue el asesinato de Génesis Rúa, una niña de 9 años, quien se encontraba jugando en Fundación, Magdalena, cuando fue engañada por su vecino Adolfo Arrieta García. El hombre la llevó a un predio donde abusó de ella.
El crimen, que ocurrió a finales de septiembre, generó la indignación de los colombianos por la brutalidad del ataque. Los habitantes del municipio acompañaron masivamente a los familiares de la menor para condenar el crimen de Arrieta, quien hoy está recluido en la cárcel La Tramacúa, en Valledupar.
El otro ataque contra un menor aconteció en el corregimiento de San Diego, en Samaná, Caldas, el pasado 22 de diciembre del 2018. Del niño Hans Tafur, de 7 años, se pensó en un comienzo que había caído accidentalmente a un caño del sector.
Sin embargo, luego de hallar su cuerpo días después, Medicina Legal dio cuenta que tenía heridas en tórax y signos de violencia sexual. Aunque las autoridades indican que las investigaciones están bien encaminadas, todavía no se conoce quién es el culpable del fallecimiento del niño.
NELSON ARDILA ARIAS
Corresponsal de EL TIEMPO
Villavicencio
En Twitter: @nelard1
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