Este viernes, las autoridades señalaron a los hermanos Quiroz (Mayra y Eduardo y Wilfran Quiroz) como los constructores piratas que levantaron con una licencia falsa el edificio Blas de Lezo II, que se desplomó en Cartagena. El hecho deja hasta ahora 10 muertos, 23 heridos y 4 desaparecidos.
El desplome del edificio era, según las autoridades de esta capital, una tragedia anunciada.
Investigadores de la Fiscalía Seccional de Bolívar asumirán desde este viernes la investigación por el desplome de la edificación.
Según las autoridades, en esa zona de la ciudad solo podían llevarse a cabo construcciones de hasta cuatro pisos, como consta en el Plan de Ordenamiento Territorial, sin embargo, este edificio ya llevaba construidos siete niveles.
Los investigadores asignados al caso indagarán sobre las características de la construcción, los permisos y licencias que debían tener los propietarios para haber adelantado la edificación.
El proyecto, que prometía apartamentos multifamiliares, colapsó a las 11 a. m. del jueves, con cerca de 50 obreros. “Se oyeron primero las vigas aflojándose, después el estruendo de todo el derrumbe”, señaló Nelson Díaz, habitante del barrio Blas de Lezo, en el suroccidente de la capital de Bolívar.
Una vez ocurrió la tragedia, un centenar de vecinos acudieron al lugar para auxiliar a los heridos, la mayoría obreros, sin embargo, la cantidad de personas dificultó la labor de búsqueda que efectuaron las autoridades competentes.
Los heridos fueron trasladados a las clínicas Madre Bernarda, el Bosque y Blas de Lezo, donde en la noche de este jueves permanecían bajo alerta amarilla.
Para remover la montaña de escombros que dejó el derrumbe, se requirió el apoyo del cuerpo de bomberos, de todos los grupos de rescate de la ciudad y hasta de miembros de la Armada Nacional.
El caso puso al descubierto la falta de control urbano de la ciudad, pues se conoció que el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la zona donde ocurrió el desastre solo permite edificaciones de máximo cuatro pisos, pero el edificio Portal de Blas de Lezo II ya iba en el séptimo.
“No tenía permisos para construir, era una licencia 'chimba' para engañar a la gente y a la ciudad”, señaló el alcalde la ciudad, Manuel Vicente Duque, quien prometió mano dura con los urbanizadores piratas.
El edil Julio César Carrillo también se pronunció: “Este es un problema creciente en este sector, donde constructores están comprando casas para montar edificios como este que se desplomó”.

El caso puso al descubierto la falta de control urbano de la ciudad.
Reuters
Los trabajadores sobrevivientes narraron que la obra no tenía un ingeniero de campo que la supervisara y que nunca conocieron el rostro del constructor, otro obrero era el encargado de pagarles.
En este sector popular de la capital de Bolívar, así como en los barrios Los Caracoles, Santa Mónica y El Socorro, entre muchas zonas donde antes predominaban viviendas de una y dos plantas, ahora hay edificios. La edificación se levantaba a tres cuadras de la avenida Kennedy, cerca del popular Club de Amigos, en una zona residencial del suroccidente de la ciudad.
“Nuestra solidaridad con las familias que perdieron a sus seres queridos. Vamos a hacer turnos de seis horas con cada una de las secretarías para responder a esta tragedia”, señaló el alcalde de la ciudad, Manuel Vicente Duque, desde la zona del desastre, donde en la noche del jueves buscaban a sobrevivientes.
“Aquí es claro que no estaban cumpliendo las normas, y lo que dicen los obreros sobrevivientes es que había afán de los constructores por terminar cuanto antes”, señaló el ingeniero Ernesto Poveda, asesor del Distrito y quien denunció que en la ciudad muchos constructores no están aplicando normas de sismorresistencia.
Entre los escombros sobresalía un aviso amarillo con los permisos de obra, pero Ronald Llamas, curador urbano número uno de Cartagena, aseguró que la construcción no aparece registrada y que se trataría de una licencia de construcción falsa.
El secretario de Interior de la ciudad, Fernando Niño, informó que denunciará ante la Fiscalía a los constructores responsables de la obra, la cual iba a destinarse a albergar familias.
El mismo funcionario presentó varias fotos de lo que era la edificación en obra negra, en las cuales se ve de manera clara que el edificio ya amenazaba con colapsar.
“Por lo menos había 15 compañeros adentro, varios venezolanos”, señaló en el lugar de la tragedia Gabriel Ladeo, uno de los obreros del proyecto y quien estaba en la calle cuando colapsó la edificación.
Al finalizar la tarde del jueves, entre los escombros, los cuerpos de rescate sacaron con vida a dos pequeñas, de 7 y 10 años, hijas del vigilante de la obra, informó el Dadis. Las menores fueron remitidas a la Casa del Niño en Cartagena.

Así era el edificio antes de que se cayera.
Yomaira Grandett/EL TIEMPO
Los cuerpos de socorro, con la utilización de maquinaria, remueven la montaña de escombros.
JOHN MONTAÑO
Para EL TIEMPO
CARTAGENA
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