A esta hora en Cartagena se inician las audiencias de medida de aseguramiento contra Liliana del Carmen Campos Puello, alias Madame, señalada por el Fiscal General de la Nación de liderar la red más grande de proxenetismo en Cartagena.
La mujer, que no se allanó a los cargos de trata de personas, concierto para delinquir e inducción a la prostitución en las audiencias preliminares, se enfrenta a una pena de al menos 27 años de prisión.
En su acerbo probatorio contra 'Madame', la Fiscalía cuenta con más de 7.000 horas de grabaciones e interceptaciones telefónicas donde la mujer pacta con extranjeros los servicios sexuales de niñas y jovencitas de Cartagena.
La Fiscalía también presenta, a esta hora, entrevistas hechas a mujeres que fueron en viadas por Campos Puello a ejercer la prostitución a escenarios como Las Bahamas y Miami.
En las últimas horas circularon fotos de alias Madame en los calabozos de La Fiscalía.

Desde el fin de semana, alias Madame permanece recluida en el búnker de la Fiscalía en Cartagena.
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“La Torre del Reloj y La Plaza de los Coches son ocupadas por jóvenes de entre 14 y 17 años que han sido reclutadas por proxenetas que les imponen horarios y las obligan a prestar servicios sexuales a cambio de dinero”, señaló el Fiscal Néstor Humberto Martínez.
La migración de miles de familias venezolanas hacía Cartagena y la misma pobreza de la ciudad fueron, según el Fiscal Mario Gómez, el caldo de cultivo para el criminal negocio de la explotación sexual infantil de esta red de proxenetas.
Madame reclutaba pequeñas en barrios como Nelson Mandela, Pozón, Olaya Herrera y San Francisco, en los extramuros de Cartagena, y luego las llevaba a ejercer la prostitución con extranjeros prometiéndoles lujos y fiestas.
En las últimas horas, el juez cuarto de garantías de Cartagena impuso medida de aseguramiento en establecimiento carcelario contra los ciudadanos israelitas Samuel Schraer y Liad Tsukrel, vinculados a esta red de prostitución y cabecillas de la deplorable mansión ‘Casa Benjamin’ en el sector turístico de El Laguito, un prostíbulo que había sido denunciado por los vecinos del sector desde el año 2012.
Al israelita Bonen Asaf, de la mima banda, el juez le impuso medida de detención domiciliaria con brazalete electrónico y tiene prohibido salir del país.
Del grupo de proxenetas que se refugiaban en ‘Casa Benjamin’ también fueron asegurados en centro carcelario el venezolano, Iván Francisco Sánchez Mariano; y los colombianos, Marcos Marriaga Zabaleta, Margedis Vivero Arias, y Georgina Álvarez.

Los ciudadanos israelíes Samuel Schraer, Liad Tsukrel y Bonen Asaf recibieron medida de aseguramiento por su participación en los hechos.
Yomaira Grandett / EL TIEMPO
Estas 7 personas enfrentan delitos de concierto para delinquir, proxenetismo, porte y tráfico de drogas, inducción a la prostitución y estímulo a la prostitución.
Entre las víctimas de esta red de explotación sexual liderada por ‘Madame’, según la Fiscalía y Migración Colombia, hay varias niñas de origen venezolano que no serán deportadas al vecino país sino que serán protegidas por el Instituto Colombiano de Bienestar familiar, ICBF.
También está asegurado en centro carcelario el capitán de la Armada Raúl Danilo Romero Pabón quien es procesado por los delitos de explotación sexual en menor de 14 años, concierto para delinquir, estímulo a la prostitución con menor de edad, utilización y facilitación de medios de comunicación para la explotación sexual comercial de menor de 18 años.
Luego de acceder carnalmente a sus víctimas, Romero Pabón, que aceptó los cargos, tatuaba las iniciales de su nombre en el cuerpo de ellas: niñas de entre 14 y 16 años.
Junto con el capitán Romero Pabón fue capturado John Padilla, el hombre que tatuaba a las víctimas menores de edad.
Padilla, explicó la Fiscalía, accedió sexualmente a una de las menores a tatuar.
También fue capturada Hillary Patricia Madero, una mujer de 19 años que ubicaba a niñas para Romero Pabón. Todos tienen medida de aseguramiento en centro carcelario.
También fueron enviados a la cárcel dos policías que, en el Centro Histórico, a cambio de dinero, guardaron silencio ante la explotación sexual de menores. Así como los administradores de dos hoteles, también en el corralito de piedra, en donde extranjeros sostenían relaciones con las menores de edad.
JOHN MONTAÑO
Corresponsal de EL TIEMPO
CARTAGENA
En Twitter: @PilotodeCometas
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